La montaña sagrada, y para algunos mágica, de Montserrat acoge a sus pies un lugar muy oscuro. Lleno de misterio. Un histórico balneario por el que han pasado los años, los clientes y, al parecer, sus espíritus. Tanto es así que se han hecho películas.

Los vecinos de la zona ya pueden intuir que hablamos de La puda. Se trata de un edificio cuya construcción terminó en 1871 con la promesa de convertirse en el balneario más grande de Europa. 100 años después cerró. Hace cinco lo saquearon.

Historia 

Cabe decir que su origen, en cualquier caso, no fue fácil. La zona sufrió un terremoto en el siglo XVIII y de allí emanaron aguas sulfurosas. Como por aquel entonces las termas estaban de moda, el médico Antoni Coca i Rabassa y el sastre Salvador Garriga encargaron en 1829 las obras del edificio. Poco después, el modisto, ahogado por las deudas, se quitó la vida.

Su hermano reemprendió las obras y, cuando pudo ponerse en marcha, dos riadas se llevaron por delante el edificio. El psiquiatra Antoni Pujadas i Mayans y el comerciante Josep Oriol Negrevernis, renovaron las instalaciones en 1845 para poner un balneario y un manicomio. También fracasaron.

El balneario de La puda ARCHIVO MUNICIPAL DE ESPARREGUERA

Nuevos usos 

El momento de más auge de ese edificio fue con la Guerra Civil. Hasta 800 personas se calcula que tomaron el balneario como refugio. En 1958, en cambio, ya estaba inservible. El tiempo pasó y las instalaciones y mobiliario se llenaron de polvo y pasaron al olvido.

La última vez que estuvo de actualidad fue en 2018, cuando unos vándalos saquearon el edificio llevándose piezas por valor de 80.000 euros. El ansia de hacerse con todo fue tal que los ladrones se llevaron hasta ascensores de 1924. Ese mismo año, un inversor privado aseguró que iba a recuperar la zona.

Rodajes 

No ha sido así. Este edificio, que forma parte del Inventari del Patrimoni Arquitectònic de Catalunya, sigue vacío. Ahora, más que nunca. Pero la leyenda recubre sus muros y paredes, como también otras almas, según los creyentes en el más allá. No en vano, Alberto Noriega utilizó estas instalaciones abandonadas para rodar La maldición.

No ha sido el único rodaje que se ha realizado allí. En 1992, Penélope Cruz se paseó por allí para rodar el videoclip de la canción El patio, de Nacho Cano. Diez años más tarde, The cult volvió a entrar para el vídeo de Heart of soul.