El crecimiento desbocado de la inflación obliga cada vez a más familias a tomar medidas para hacer lo que coloquialmente se conoce como apretarse el cinturón. Una acción que para la familia Pinto, de Nueva Jersey (EEUU), forma parte de su rutina habitual y que les ha hecho ganarse a pulso el título de la familia más tacaña del mundo. Un reconocimiento del que están encantandos, eso sí.
Raúl Pinto ha dejado al descubierto algunos de los secretos que llevan a cabo junto a su mujer y a sus seis hijos para ahorrarse una buena cantidad de dinero a final de mes, aun yendo de restaurantes. “La cuestión pasa por exprimir cada céntimo”, ha señalado el hombre durante su participación en un programa de televisión.
Lavar el coche y ganar dinero en ello
Pinto ha confesado que para que el lavado del coche les salga gratis, o al menos le puedan sacar rédito, fingen la pérdida de un pendiente de su esposa Patricia, el cual habría sido aspirado durante la limpieza. Una vez terminada, piden a los operarios si les dejan revisar el contenido de la bolsa de la aspiradora y manda a sus hijos a revolver entre el polvo y la basura.
"A los niños les encanta ir porque es como una búsqueda del tesoro para ellos, hemos encontrado auriculares, joyas, monedas, muchas cosas", asegura Patricia. Terminada la revisión, Raúl coloca un pequeño pendiente entre el polvo para luego avisar al empleado que encontraron lo que buscaban.
Las visitas al restaurante
Lejos de dejarlo aquí, este vecino estadounidense se ha ganado el reconocimiento del público al revelar la particular técnica que utilizan para comer los seis en un restaurante, cuando solo piden comida para dos. En primer lugar, el hombre hace beber agua del grifo a sus hijos, mientras que él y su mujer toman una recarga de café ilimitada.
Luego, la pareja pedirá un enorme sándwich club cada uno, además de dos platos adicionales, un poco de lechuga y otro platillo de tomates. Aunque la cosa no termina aquí y es que por todos es sabido que el ahorro empieza en casa. De hecho, es en el hogar familiar donde el matrimonio también engaña a sus hijos.
El ahorro comienza en casa
Según ha confesado, en lugar de ir al supermercado a comprar agua, lo que hacen es rellenar las botellas con agua del grifo y luego sellar el tapón con esmalte transparente de uñas. “Así los niños cuando las abren se creen que las están estrenando”, ha añadido el hombre.
Algo muy parecido es lo que hacen también con la cerveza, pues el padre es el encargado de limpiar los botellines consumidos y rellenarlos con una bebida de cebada mucho más barata. A ello se suma también el uso restringido de la nevera: tan solo se puede abrir una vez al día durante 24 segundos. ¿Cómo te quedas?