Una forma saludable y sostenible de moverse, sobre todo en el caso de la gran ciudad, para ir al trabajo, al colegio, a hacer recados o incluso turismo en un destino. Y es que cada día son más las personas en España que se animan a utilizar la bicicleta como un medio de transporte para su día a día en base a cuestiones tanto de salud como económicos (es mucho más barato que emplear el automóvil), como de respeto por el entorno natural ya que no contamina en absoluto.
Eso sí, cuando se trata de coger la bicicleta cada mañana también en este caso el ciclista está sujeto a una serie de normas municipales que, en ocasiones, desconocen y que traen consigo alguna que otra multa si se incumplen. Así, estas son algunas de las sanciones que una persona puede recibir por parte de un policía en algunas de estas circunstancias cuando circula por el carril bici de su localidad.
Principales reglas
Aunque luego cada municipio cuenta con sus propias ordenanzas a la hora de regular lo que se puede o no hacer mientras se va en bicicleta por esa ciudad, desde la Dirección General de Tráfico apuntan a una serie de normas generales que es preciso cumplir. De lo contrario, esa persona se expone a una multa que suele hacer bastante daño al bolsillo. Es el caso, por ejemplo, de usar el móvil mientras se lleva el manillar de una bici ya que hace que uno esté distraído mientras va por el carril bici. Si la policía lo ve, este ciclista deberá abonar una sanción de 200 euros.
Misma cantidad en el caso de que se usen auriculares para escuchar música o hablar por teléfono mientras se va subido a este medio de transporte, uno vaya sin luces sobre todo cuando es de noche o bien se cruce un paso de cebra sin bajarse de la bicicleta molestando de esta forma al resto de peatones que van pasando. También está prohibido y trae consigo un pago de una sanción de 100 euros circular por la acera y además a una velocidad excesiva o bien llevar a un niño sin que vaya perfectamente sentado y atado en una silla homologada para ello.
Nada de alcohol
Pese a que este tipo de circunstancias para algunos ciclistas puedan ser meramente anecdóticas y algunos ni siquiera las cumplan, desde la Dirección General de Tráfico advierten que hay situaciones mucho más graves por las que, incluso, una persona que va en bicicleta por el carril bici se expone a una penalización con un coste económico importante; por encima de los 1000 euros.
Es el caso de coger este medio de transporte en circunstancias en las que se rebasan los límites de alcoholemia cuando se circula por un carril bici. La tasa máxima permitida (0,5 g/l de alcohol en sangre o de alcohol en aire espirado superior a 0,25 miligramos por litro) también atañe a los ciclistas; pese a que muchos puedan creer que es algo solo de los conductores de automóviles. En este caso, una persona que va en bici está obligada a someterse a un test de alcoholemia si así se lo solicita la autoridad competente.
Ciudad por ciudad
Aparte de esta normativa general que es de obligado cumplimiento con independencia de la ciudad en la que uno se encuentre circulando por esa vía especial, cada municipio cuenta a su vez con más reglas aplicables en su término. Por ejemplo, en el caso de una ciudad como Bilbao con más de medio centenar de kilómetros de carril bici y donde el ciclista debe respetar la prioridad de una persona que va andando cuando circule por una zona peatonal; mientras que en San Sebastián no se podrá superar la velocidad máxima de 20 kilómetros por hora.
En el caso de los ciclistas sevillanos, estos no podrán (en el carril bici de la capital hispalense) ni circular con la bicicleta apoyada solo en una rueda ni cogerse a otros vehículos para ser remolcados. ¿Y en Valencia? En esta ciudad, todo aquel que use este medio de transporte de manera regular deberá saber que recibirá una multa si va por pasos a distinto nivel, subterráneos o elevados con la bicicleta o si a todas luces se observa que su circulación es temeraria o negligente.