La historia de Dillon Helbig, un niño estadounidense de tan solo 8 años, se ha vuelto viral. A la corta edad de cinco años, este bibliófilo en potencia no tan solo devoraba libros sino que también los escribía. De hecho, hoy, una de sus obras está en las estanterías de la biblioteca de Lake Hazel, en la ciudad de Boise, capital del estado de Idaho, y tiene una lista de espera de 50 personas.
La pasión que siente el pequeño por los textos le ha llevado a soñar con ver alguna de sus libros expuestos en las principales librerías del país. Una fantasía que ha logrado cumplir después de diseñar una estrategia infalible. Y es que Dillon pensó que si entraba el último cuento escrito por él podría buscarle un lugar en el edificio.
La hazaña de Dillon
Dicho y hecho. A sus 8 años, el infante burló el control de acceso de los trabajadores del centro y coló, escondido en su pecho, el tomo de 88 páginas en el interior del recinto. Una vez dentro, se colocó frente a la estantería de cuentos ilustrados y decidió que ese debía de ser su lugar. Al llegar a casa, confesó su hazaña a sus padres.
Tras ser conocedores de lo que había hecho su hijo, los progenitores del menor llamaron a la biblioteca para relatar lo ocurrido, además, de para pedir que no se deshicieran del volumen. Al parecer, los trabajadores de la biblioteca identificaron rápidamente la obra por llevar el título The Adventures of Dillon's Crismis escrito a mano.
Lista de espera
Tanto el director como el personal del centro coincidieron en que una vez lo revisaron, se merecía un espacio en la colección. De hecho, pidieron permiso a Dillon y a su familia para añadir el libro al catálogo de préstamo de la biblioteca.
La historia, que cuenta con ilustraciones propias, trata de las aventuras de un niño que pone una estrella que explota en el árbol de Navidad y viaja hacia Acción de Gracias y el Polo Norte. Hoy, la obra del pequeño cuenta con una lista de espera de 50 personas.