Existen conductores que a la hora de coger el coche para hacer un viaje prefieren hacerlo en las horas diurnas ya que se ven menos capacitados para conducir cuando es de noche. Personas que no están acostumbradas a llevar el volante por una carretera que está totalmente a oscuras y solo se ilumina con las luces de un automóvil.
Y es que manejar el coche cuando no hay luz natural exige un extra de atención y concentración a la hora de conducir debido a que la capacidad visual se reduce y no es la misma que en pleno día. Motivo por el cual el 42% de los accidentes de tráfico se producen en estas horas de la noche. Para superar ese miedo y coger algo más de confianza en este tipo de situaciones, nada como tener en cuenta estos consejos y recomendaciones.
Sin luz
Tal y como recuerdan los expertos del Real Automóvil Club de España, ese miedo a conducir antes del amanecer o cuando anochece viene de la mano en la mayoría de los casos de esa capacidad visual del conductor que se ve reducida en un 20% si se compara con la conducción diurna. Incluso, de noche es algo más complicado calcular las distancias, además de que se aminora el campo de visión que tiene esa persona que lleva el volante.
Eso por no hablar de que, aparte de la oscuridad, en ocasiones se suman fenómenos meteorológicos como pueden ser la lluvia o la niebla que complican más el momento y añaden más falta de confianza al conductor al percibir todavía menos lo que ocurre en la carretera. Así pues, si no se tiene más remedio que coger el coche de madrugada o al caer la tarde, estos consejos serán de gran ayuda.
Las luces del coche, en perfecto estado
Importante, más que como consejo para el propio conductor, es hacer una revisión previa del estado en que se encuentran las luces del automóvil para evitar riesgos innecesarios en una carretera que está completamente a oscuras. Como se ha comentado anteriormente, al reducirse la capacidad visual del conductor, la iluminación del vehículo se antoja cuanto menos esencial en este sentido ya que el 90% de la información de tráfico se recibe a través de la vista.
Así pues, además de comprobar que las luces del coche funcionan correctamente (de no hacerlo es motivo de multa), siempre se puede echar mano de la tecnología en materia de iluminación. Una mayor seguridad y confort al volante, incluso estando de noche, gracias al empleo de forma complementaria de faros inteligentes, de visión nocturna o con infrarrojos. En este punto también es prudente revisar si el parabrisas está limpio; por si llueve de repente, así como los espejos retrovisores y todos los cristales y lunas del vehículo. .
Conducción tranquila
Al estar más alerta por la noche, es importante llevar a cabo una conducción tranquila y sosegada durante todo ese trayecto. En este caso es recomendable no excederse en la velocidad, circular con precaución (por si, por ejemplo, se cruza en animal en pleno campo), además de aumentar de forma más considerable la distancia de seguridad con respecto al vehículo que va delante.
También como medida de seguridad hay que tener especial cuidado con los deslumbramientos que se producen entre coches que se cruzan en mitad de la noche en esa vía. Para evitar este factor de riesgo, el consejo pasa por desviar la mirada a la derecha de la carretera y hacia abajo para guiarse por la señalización horizontal que hay pintada en ese asfalto.
Descansos oportunos
Madrugar demasiado o si se conduce al final del día puede traer consigo que el conductor sienta algo de somnolencia cuando va conduciendo. Un riesgo muy peligroso, el de la fatiga, que se puede evitar haciendo las paradas y descansos que sean necesarios para no tener ni el más mínimo percance al volante.
En este sentido, es mejor no dejarse guiar por esos consejos caseros para mantenerse despierto mientras se conduce como es el caso de poner la música a todo volumen, abrir la ventana para que el aire exterior "espabile" al conductor o hacer lo mismo con el aire acondicionado. La mejor solución en este caso es parar cuando el sueño vaya haciendo acto de presencia y evitar las comidas demasiado pesadas o copiosas antes de coger el volante; sobre todo si se va a hacer un viaje en horario nocturno.