Cuando se trata de hablar de descanso reparador, mientras para unas personas con 5 o 6 horas es más que suficiente de sueño nocturno para levantarse fresco al día siguiente, para otros si no han dormido 8 seguidas no empiezan el día con buen pie. Necesidades aparte, lo cierto es que la ciencia y los expertos en salud tienen mucho que decir a este respecto acerca de la media de horas que sería ideal que cada persona durmiese en función de la edad que tenga.
Y es que no es lo mismo el tiempo que duerme un bebé recién nacido de unos pocos días, que el que necesita un adolescente para su pleno rendimiento escolar o el que duerme una persona ya mayor. En cualquier caso, el sueño y el descanso son algo que se antoja necesario para recuperar fuerzas durante la noche y que eso repercuta en una mejor salud.
Sueño por edades
Desde que una persona nace hasta que muere sus necesidades vitales van cambiando a lo largo de su vida. Algo similar ocurre con su descanso ya que no necesita las mismas horas de sueño a una edad que a otra. Así, en el caso de los bebés de pocos meses estos suelen dormir la mayor parte del día (y de la noche en el mejor de los casos) haciendo pequeños despertares cuando tienen hambre o necesitan que les cambien el pañal. A partir de los cuatro meses y hasta el año de vida, de media, están soñando de 12 a 16 horas diarias (incluidas siestas diurnas y noches).
Desde el año de vida esas siestas de día en el caso de algunos niños se acortan o se reducen a una después de comer. En un cómputo global pasan dormidos entre 11 y 14 horas; unas tres horas más que aquellos que tienen entre 3 y 5 años. En el caso de estos últimos, los que ya han cumplido un lustro puede ser que, para desesperación de los padres, no se quieran dormir la siesta durante el día. Por último y en un plano infantil, desde esa edad hasta los 12 años aproximadamente ese cálculo de horas se reduce hasta las 10 horas de media en horario nocturno.
Adolescentes y adultos
Como se va viendo con el paso de los años, a medida que se van cumpliendo años se reducen las horas de sueño. Eso sí, se trata de una media y cada persona y cuerpo es totalmente diferente. Por eso, igual no todos los jóvenes que están en el baremo de entre los 13 y los 18 años duermen de media las 8-9 horas que se aconsejan para un descanso reparador. Habrá muchos que sean más perezosos y otros que se levanten de la cama mucho antes.
En lo que ya hay más uniformidad es en la cantidad de tiempo que una persona adulta duerme. Unas siete horas de media sería lo aconsejable para este grupo de población. Sin embargo, en ocasiones no se llega a esta cantidad de horas debido a turnos de trabajo, responsabilidades, preocupaciones... Cuestiones todas ellas que son tenidas en cuenta por la Fundación Nacional del Sueño, el instituto de investigación estadounidense que estudia cómo mejorar la salud y el bienestar de las personas a través del sueño y que ha determinado esta media horaria.
¿Y si no se llega a esa media?
Para responder a esta pregunta siempre se puede echar mano de algunos tips y consejos que pueden ayudar, con el tiempo y la constancia, a adquirir nuevas rutinas y hábitos de sueño. Pequeñas recomendaciones que si se ponen en práctica durante tiempo es raro que no mejoren el descanso nocturno (salvo ciertas excepciones) como recuerdan profesionales como el doctor Vila Rovira. Así pues, es importante acostarse y levantarse cada día, sí también fines de semana a ser posible, a la misma hora para ir acostumbrando al cuerpo.
Otra buena idea es llevar una alimentación sana y dejar de lado todo lo que sean bebidas excitantes como el café o los refrescos para el final de la tarde; de lo contrario se tardará mucho más en conciliar el sueño. Otro buen consejo puede ser recurrir a hábitos naturales de lo más sencillo como meditar unos minutos antes de ir a la cama, tomar una ducha de agua templada o beber un vaso de leche. Por el contrario, nada de teléfonos móviles para mirar las redes sociales a última hora si uno quiere tener un descanso reparador a continuación.