Los tatuajes son mucho más que una moda pasajera. Aunque los últimos estudios cifran en 4.000 y 5.000 años el uso de estos adornos corporales, por increíble que parezca, la composición de éstos apenas ha cambiado. A fecha de hoy, la mayoría de tintas negras se elaboran a partir del carbón, un material que ya utilizaban los fenicios, revela a Crónica Directo la dermatóloga Priscila Giavedoni.
Sin embargo, la doctora --miembro de la Societat Catalana de Dermatologia de l'Acadèmia de Ciències Mèdiques de Catalunya-- advierte de que aunque en Europa existe una regulación de tintas, el hecho de tatuarse no deja ser una técnica invasiva que comporta un riesgo a corto y medio plazo. En este sentido, incluso denuncia que puede convertirse en una “práctica riesgosa” dado el elevado grado de "instrusismo" que se da en el sector.
Reacciones adversas a la tinta
Un motivo por el que recomienda ponerse en manos de un especialista que ejerza en un lugar que cumpla con las condiciones de higiene reglamentarias. Asimismo, otro de los elementos a tener en cuenta pasa por guardar la etiqueta del lote de tinta empleado: "En caso de reacción, será mucho más fácil identificar el producto en cuestión", destaca.
No obstante, Giavedoni explica que las reacciones adversas a la tinta no tienen por qué ser inmediatas y avanza que pueden surgir en cualquier momento a lo largo de la vida. Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran las inflamaciones tras la realización. Sin embargo, estas complicaciones se pueden agravar en las personas que sufren atopia o soriasis. De hecho, podría darse que los pacientes diagnosticados de esta última desarrollaran las características típicas de la enfermedad en la zona tatuada.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de tatuarse
Si bien, con el fin de evitar complicaciones mayores como la transmisión de enfermedades, además de comprobar que la aguja utilizada está por estrenar, deberá garantizarse que el lote de tinta empleado es monodosis, o lo que es lo mismo, que sea utilizado exclusivamente por un único cliente. De no ser así, se podría inyectar tinta contaminada, capaz de generar nuevas infecciones en el tatuado.
Cabe destacar que siempre que se realice un tatuaje en una zona de lunares, al dermatólogo se le complica la evaluación del área en cuestión, y en consecuente, se reducen la capacidad de prevención y detección del cáncer de piel. En este sentido, la doctora manifiesta que ante una piel cubierta con tinta será muy difícil identificarle un melanoma y aclara que los lunares pueden aparecer también en las zonas tatuadas.
Detección de melanomas
A todo ello, otro de los problemas es el depósito de tinta en los ganglios linfáticos. Una acción que puede modificar los estudios de análisis, e incluso, alterar el diagnóstico de melanoma con falsos positivos tras la realización de pruebas PET/TAC en la detección del ganglio centinela. Por este motivo, se recomienda a todas las personas tatuadas que lo comuniquen al radiólogo por tal de evitar errores de diagnosis.
Preguntada por si una persona tatuada puede donar sangre y si una persona tatuada en la zona lumbar podrá ser incoulada con epidural, la dermatóloga responde a ambas cuestiones.
Epidural y donaciones de sangre
De hecho remarca que, en Cataluña, desde principios de 2021 el protocolo indica que si un paciente se tatuó hace más de cuatro meses, puede donar sangre siempre y cuando no existan enfermedades transmisibles. No obstante, de haber sido tatuado en un período inferior a cuatro meses, el donante tan solo podrá hacerlo si acredita que el tatuaje ha sido realizado con tinta monodosis.
En lo referente a la epidural, la doctora alega que, de inocular en la zona tatuada, la aguja introduciría la tinta en el sistema nervioso, una acción considerada como un riesgo potencial para la salud. Por este motivo, el cirujano, previo a la inoculación del fármaco, realizará un pequeño corte en la piel que impedirá que la tinta sea arrastrada.