Algo más que para sentirse acompañados en casa o dar una nueva oportunidad a alguna mascota que haya sido abandonada por sus anteriores dueños. Tener un animal de compañía como uno más de la familia es una buena idea, también para que la salud mental de sus dueños se vea beneficiada.
Algo que se ha corroborado por parte de numerosos estudios que avalan lo bueno que resulta tener una mascota a nivel físico y emocional. Estos son algunos de esos aspectos positivos.
Para aquellos que vivan solos
Disfrutar de la compañía de un perro o un gato siempre resulta de lo más agradable cuando se vive en soledad y no se tiene a nadie para dedicarle unos mimos por la mañana. Y es precisamente un gesto tan cotidiano como este el que hace que se evite ese sentimiento de soledad en el caso de aquellas personas que no comparten su hogar (y en ocasiones, su vida) con ninguna persona.
La mera compañía con un amigo felino o un can, así como el contacto físico con este y la comunicación que se establece entre mascota y dueño, hacen que se alivie esos estados de hastío, pena o depresión. Y es que solo en pensar en pasear a ese perro, en ponerle la comida de forma diaria o en llevar al gato al veterinario hacen que esa persona salga de casa, tenga un motivo para levantarse y en ocasiones sea capaz de esbozar una sonrisa para olvidarse por unos instantes de esa vida en soledad que lleva.
Vida social
Al hilo de lo anterior y sobre todo en el caso de las personas mayores que vivan solas, tener un animal doméstico en casa afianza su sentido de la responsabilidad al enfrentarse a su cuidado, además de favorecer el hecho de que se mejora su vida social y no se queden días encerrados en casa sin ver a nadie o hablar con una persona. Sacarles al parque o a que hagan sus necesidades es la excusa perfecta para conocer a otros dueños de mascotas o entablar conversación con otras personas que se acerquen a acariciar al simpático cachorro.
Ese mismo sentido de la responsabilidad favorece especialmente en el caso de los más pequeños de la casa que verán en ese animal algo más que un "juguete" que se les ha antojado por Navidad. Las mascotas son no solo compañeras de juego, sino que también sirven a los niños para que aprendan a cuidarlas, a protegerlas, a estar pendientes de su comida, además de hacer que sean mucho más empáticas con ellas y respeten a los animales en su conjunto.
Las hormonas de la felicidad
Ser felices con muy poco; por ejemplo, compartiendo un paseo placentero con la mascota o una divertida tarde de juegos con un pequeño gato. Esto puede hacer que en el caso del dueño de esa mascota se libere una mayor cantidad de serotonina y dopamina, hormonas que lo que hacen es ayudar a disminuir los niveles de estrés, además de ser un perfecto remedio contra la depresión y la tristeza.
Ese mismo sosiego y tranquilidad se consigue con el simple gesto de acariciar afectuosamente el pelaje suave de un perro o un gato; también incluso para ese mismo animal doméstico. Y es que según un estudio de la Universidad Commonwealth de Virginia (EEUU) ese bienestar consigue alejar la ansiedad. Y, de la misma manera, esto último también se consigue estando más activos (al salir a la calle) que además redunda en una mejora del estado de ánimo, la calidad del sueño y la salud mental en general.
¿Y para la salud física?
Si pasar tiempo o convivir con estos animales ayuda a conseguir ese equilibrio mental, los beneficios para la salud física no se quedan atrás. Por ejemplo, si uno tiene un gato como compañero de piso esto hará, según investigadores de la Universidad de Minnesota, que tenga un 30% menos de riesgo a la hora de sufrir en un futuro alguna patología o dolencia cardiovascular. Incluso dedicar unos minutos al día al algo tan sencillo y placentero como observar a los peces dentro de una pecera ayuda a que la presión sanguínea se controle y se reduzca.
En este mismo sentido, no son pocas las veces que se ha comentado que cuando nace un niño en una familia o bien convive desde bien pequeño con una mascota, su sistema inmunitario se desarrollará más fuerte y sus defensas podrán actuar mejor ante "ataques" de agentes externos.