Si lo dice la Universidad de Harvard será por algo. Según esta prestigiosa institución educativa, sería bueno que en la dieta no faltase la que según ellos es "una superfruta" gracias a sus propiedades saludables: los arándanos. Ya lo dice un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard: la ingesta de manera frecuente de este fruto que sirve para algo más que para hacer tartas o añadir a ensaladas de vez en cuando reduce las posibilidades de sufrir un ataque al corazón.
Por eso, recomiendan, lo mejor es echar mano de ellos al menos tres veces por semana como mínimo para aprovecharse de esa buena noticia de salud. Y todo gracias a que este tipo de bayas son ricas en antocianinas, unas sustancias que, por ejemplo, se encuentran también en las pieles de las uvas (más conocidas en la dieta mediterránea y nacional por los comensales) y que lo que hacen es, entre otros beneficios, disminuir la presión arterial.
Los arándanos
Este fruto crece de manera silvestre sobre todo en zonas más frescas del hemisferio norte (Asturias y País Vasco sobre todo) y es fácilmente reconocible gracias a su forma redondeada de color negro azulado y que mide apenas unos 6 milímetros de diámetro. Además, otra de sus características es que tiene una pulpa que resulta muy aromática y jugosa y con un sabor algo ácido, así como una especie de corona en su parte superior que hace que se distinga fácilmente de la grosella negra que puede ser muy similar.
En el caso del arándano común o arándano negro europeo, este pertenece a la familia de las ericáceas, y su nombre científico es Vaccinium myrtillus. En cuanto a su mejor temporada para recolección y consumo, aunque esta fruta se puede encontrar en los establecimientos en los meses de verano, lo mejor es dar buena cuenta de ella al volver de vacaciones en los meses de septiembre y octubre.
Sus saludables propiedades
Entre los beneficios que tienen los arándanos, aparte del ya mencionado, merece la pena destacar que ayudan a cuidar la vista, así como a prevenir enfermedades degenerativas oculares como es el caso de las cataratas; además de poseer una acción antiinflamatoria y antioxidante para retrasar los efectos del envejecimiento. Por si fuera poco, son aliados eficaces de la memoria, además de favorecer un buen estado de ánimo.
Otro de los aspectos positivos de comer arándanos de una manera regular tiene que ver con su capacidad para frenar las infecciones de orina, ya que la abundancia de ácidos orgánicos en su composición aumentan la acidez de la misma e impide la proliferación de bacterias dañinas. Y ya como última buena noticia, si alguien sigue una dieta de adelgazamiento puede incorporar sin problema alguno este fruto en su mesa: apenas tiene calorías, es bajo en azúcares y rico en fibra (donde reside precisamente ese poder adelgazante).
Cómo incluirlos en el recetario
A la hora de llevarse a casa arándanos uno puede hacerlo con los que son silvestres que, aunque tengan peor aspecto, tienen un sabor más puro, o bien preferir los cultivados. En cualquier caso, hay que elegir siempre los que tengan una piel más firme y no tengan partes dañadas ni húmedas. Y si se puede olerlos, cuanto más aroma tengan, más sabrosos resultarán a la hora de comerlos. Una vez en casa, se guardan en la nevera sin problema hasta tres semanas; eso sí, mejor no lavarlos hasta que no se vayan a comer.
Y a la pregunta de cómo comerlos o incorporarlos a la dieta semanal, se pueden consumir frescos, congelados, desecados, prensados o como parte de zumos o gelatinas. Resultan ideales para hacer elaboraciones de lo más saludables para el desayuno, batidos o mermeladas, además de ser un perfecto acompañante no solo para todo tipo de postres, sino también para platos de carne con los que casan a la perfección.
Un brindis de lo más especial
Puede que no sea la receta más usada, pero con los arándanos se pueden preparar bebidas deliciosas y refrescantes para los días de más calor. Es el caso de un cóctel de arándanos rojos para el que se necesita zumo de arándanos naturales, sidra, jengibre cristalizado, Campari, Vermouth blanco, Angostura, hielo y una rodaja de naranja.
La elaboración es muy sencilla ya que solo hay que mezclar en una coctelera todos los ingredientes salvo el zumo de arándano y la sidra que se incorporan en la copa final justo antes de beber y de decorar con una cáscara de naranja.