Alfredo Rodríguez Villa, el dueño del bar madrileño El Brillante --famoso por sus bocadillos de calamares--, se ha suicidado este lunes en su domicilio de la calle de Costa Rica, en la zona acomodada de Chamartín. El hombre de 68 años decidió quitarse la vida, abrumado por las facturas a las que debía hacer frente.
Rodríguez sufría depresión desde hacía un tiempo, hecho que desde su entorno relacionan con la situación económica que vivía. Sus empresas, con sucursales en varias localidades, no iban bien y con la pandemia las dificultades habían ido a más. Este lunes decidió poner fin a su vida de forma dramática: con un tiro en la cabeza.
Un mensaje puso en alerta a la familia
La mañana de la tragedia, Rodríguez envió un mensaje a uno de sus sobrinos. Le indicaba que había dejado una llaves de su piso al portero de la finca. Tras recibir esta información, el familiar, conocedor de la situación que atravesaba su tío, llamó a los servicios de emergencias y se presentó sin perder el tiempo en el bloque de la víctima.
Al entrar al domicilio, confirmó sus sospechas. El dueño de El Brillante yacía en el suelo de su piso con un tiro en la cabeza y la pistola que había utilizado estaba al lado de su cuerpo. La Policía llego de inmediato tras recibir el aviso. Según los agentes, la escena no dejaba duda de que se trataba de un suicido.
Desconcierto de los empleados
La restauración es uno de los sectores más sacudidos por la crisis del coronavirus. Incluso grandes negocios de la hostelería como El Brillante se han visto sacudidas por sus efectos de la pandemia y las restricciones.
En el caso de el local madrileño, la preocupación tras la noticia de la muerte de Rodríguez se extendió entre los empleados del bar, que no han querido manifestarse sobre la muerte de su jefe y las circunstancias que la rodean. Además, los trabajadores han declarado que desconocían la situación económica de la empresa. Algunos de ellos han compartido sus mensajes de condolencia en redes sociales: "Nos sentimos huérfanos, desconcertados, esperando su llegada siempre".
El silencio de la familia
Por el momento, nadie de la familia de Rodríguez se ha pronunciado de forma oficial sobre las dificultades económicas que acarreaba el empresario. El futuro inmediato de El Brillante, que además de su emblemático local de Atocha, cuenta con otros tres locales en Boadilla del Monte y los centros comerciales de Xanadú y Nassica, está en el aire.
Se desconoce con cuántos trabajadores tenía en nómina el grupo en la actualidad. Serán las hijas del fallecido quienes se harán cargo del negocio.