Andorra siempre es un perfecto destino de vacaciones, también en verano. Una elección para disfrutar de unos días en contacto con la naturaleza en su estado más puro y que ahora cuenta con un nuevo e impresionante atractivo turístico: un mirador y reloj solar que se encuentra en plenos Pirineos a 2.700 metros de altura. Solo apto para los más valientes y curiosos.
Este mirador único en forma de anillo que se suspende sobre la nada se abrió al público a comienzos del pasado mes de julio y se encuentra en la zona de Ordino Alcalís, a pocos kilómetros con la frontera francesa. Un punto privilegiado donde uno guardará para siempre en su retina las mejores imágenes que se ven desde esta atalaya como son el valle de Ordino y los lagos de Tristaina. Un espacio nombrado Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Aspectos técnicos
A los que se pregunten cómo se ha dado forma a este anillo de grandiosas dimensiones les gustará saber que entre sus aspectos técnicos destacan sus 32 toneladas de peso y su diámetro de 25 metros. Todo ello forma parte de una estructura metálica en forma de anillo y por donde puede caminar todo aquel que lo visite para tener una vista de 360 grados bajo sus pies.
Además, la función solar que se le confiere a esta estructura hace que cuente en su parte central con el típico gnomon o indicador de las horas, como se puede ver en otros relojes solares, y que tiene unas medidas de 27 metros de longitud. Para más precisión, se encuentra inclinado a 42,55º o dicho de otro modo, la latitud exacta del punto donde se localiza el mirador solar de Tristaina según sus coordenadas geográficas.
Un proyecto de años
La idea de dar forma a este mirador nació hace unos años, concretamente en 2018, con el objetivo de ubicar en este espacio un mirador en el Pico de Creussans y aprovechar de esta manera la ruta que se cubre con los remontes por cable. Toda una obra de ingeniería a gran altura que ahora puede visitarse usando los dos remontes de la cercana estación de Grandvalira, más un pequeño camino a pie montaña arriba que no lleva más de 20 minutos, sin mucha dificultad, hasta el mirador. Desde aquí, además, parten varias rutas de senderismo de la zona.
Lo de que, aparte de mirador, esta estructura fuese un reloj solar no es nada fruto del azar. Precisamente, esta instalación se ubica en lo más alto de la formación rocosa del Pico de Arcalís, conocida por ser una montaña solar utilizada por los pastores para guiarse por el horario. El sitio es perfecto para disfrutar cada 7 de agosto de un momento único que se produce cada año a las 7:37 horas de la mañana: a través de un orificio en la roca se cuela el sol durante tres minutos en una imagen de absoluta belleza descubierta por Bonaventura Adellach en una expedición nocturna al pico.
¿Cómo funciona un reloj solar?
Para los que no lo sepan, el funcionamiento de un reloj solar es más sencillo de lo que se pueda creer. La sombra de la estaca vertical, el gnomom, se proyecta sobre un plano y mirando la longitud de dicha sombra se puede determinar la mitad del día que corresponde a la sombra diurna más corta. De esta forma, se crea como una esfera que gira a medida que el Sol sigue su trayectoria aparente en el cielo.
Así pues, y gracias a la división en períodos iguales del día, es posible leer la hora viendo la posición solar de una sombra, a través de la cual se puede conocer también la fecha de los solsticios: sombra más corta la del verano y más larga la del invierno. Algo que resultó de mucha ayuda a los agricultores para conocer cuándo debían sembrar o recoger la cosecha...
Una zona mágica
Además de contemplar todo este espectáculo de la naturaleza, este espacio en plena montaña no deja de sorprender con propuestas y actividades para toda la familia en la zona comprendida entre los valles de Encamp, Canillo, Soldáis y Ordino; sobre todo en lo referente al nuevo Centro de Observación de la Marmota en Soldeu y al Explor Games en Mon(t) Magic Family Park. Atracciones que seguro encantarán a los más pequeños de la casa.
Un destino para pasar unas vacaciones idílicas con rutas a pie o en bicicleta (para todas las edades), practicar escalada o pesca, hacer una excursión en helicóptero para no perderse ni un detalle de la magia de la naturaleza desde las alturas, dormir en alojamientos singulares en lo alto de la montaña, montarse en 4x4 o hasta pasear en trineos arrastrados por perros. Todo un catálogo de actividades que se complementan a la perfección con la mejor gastronomía y el patrimonio cultural e histórico de la zona.