Adoptar un animal de compañía no puede ser fruto de un capricho pasajero; y mucho menos si ese deseo viene del más pequeño de la casa. Acoger en el hogar a este nuevo miembro de la familia requiere de una decisión meditada, sobre todo cuando se trata de animales que han sido abandonados. Una buena idea para darles de nuevo un hogar y que puede ser realidad gracias a las nuevas tecnologías.
Es el caso de la app española AdoptaMe que facilita la adopción de mascotas por parte de familias y personas individuales. Una herramienta digital gratuita, disponible para sistema operativo Android, que acaba de ponerse en marcha hace tan solo unas semanas y ya ha superado las 10.000 descargas. Una plataforma online que sirve para facilitar el encuentro entre animales a la espera de ser dados de adopción y familias o personas que deseen tener un animal de compañía.
¿Cómo funciona?
Esta iniciativa funciona de manera intuitiva y resulta muy sencilla de manejar por cualquier usuario. Basta con descargarla en Play Store y rellenar un registro previo, para el que se pide un correo electrónico. Una vez hecho esto, la persona que se ha descargado AdoptaMe debe crear una cuenta propia que servirá como modo de presentación para que las protectoras de animales sepan algo más de ese usuario y puedan ponerse en contacto con él.
En este apartado se puede hacer una descripción de hasta 1.000 caracteres, no solo de cada uno sino de las motivaciones que le han ayudado a tomar la decisión de tener una mascota en casa. Con esto listo, se despliega una pestaña (no hay anuncios por lo que resulta más cómodo) con el listado de animales en adopción. Una clasificación que se puede acotar en función del lugar de residencia del futuro adoptante, así como la raza o características de ese perro, por ejemplo, que se busca como compañero de vida.
¿Qué mascota elegir?
A la hora de decantarse por una mascota y otra, el usuario que se ha haya descargado AdoptaMe puede encontrar una amplia variedad de animales con una ficha personal donde se indica su nombre, la raza a la que pertenece, una pequeña descripción tanto de sus cualidades físicas como de sus comportamiento o rasgos psicológicos, además de dónde se encuentra y cuánto tiempo lleva esperando un hogar y una familia.
Si una de las mascotas ha llamado la atención de una persona, el siguiente paso es acceder a su ficha personalizada para que se despliegue la información relativa a la protectora, sus datos de contacto, así como iniciar en ese mismo momento todos los trámites para poder adoptarla si ha sido un flechazo a primera vista. Una vez hecha la petición, será la propia protectora la que se ponga en contacto con ese futuro adoptante para organizar todos los trámites.
Antes de adoptar
Pero, como se ha dicho antes, tomar la decisión de tener un animal de compañía no debe ser algo que se haga a la ligera. Al final no es un objeto, sino que es un animal que tiene una serie de necesidades, así como una responsabilidad para los futuros dueños. Así pues, antes de lanzarse a lo loco a una adopción es importante pensar si, en primer lugar, el estilo de vida de esa familia o persona es acorde con tener un perro. Y es que, por ejemplo, si nunca se está en casa no se podrá tener a un perro encerrado siempre en la vivienda y solo.
De la misma manera, uno no se puede encaprichar de un animal de grandes dimensiones si la casa apenas supera los 40 metros cuadrados. Lo mismo que si se tienen niños; no todas las razas interactúan de la misma manera con los más pequeños. Otro de los puntos previos pasa por pensar que ese cachorro o ese gato que acaba de nacer necesitará una educación, unos cuidados y un desembolso económico que, en algunos casos, puede que no se pueda asumir.
La mascota llega a casa
Si a todo lo anterior, uno ha respondido de manera favorable, tras llevar a cabo la adopción de un animal de compañía llega la hora de llevarlo a casa. Un momento que, tras la emoción inicial de los futuros adoptantes, debe gestionarse de manera correcta para que empiece una verdadera relación duradera entre mascota y dueños. Así pues, las primeras semanas (y cuando se trata de animales que no han recibido todo el cariño que merecían) conviene ofrecerle no solo ese afecto, sino también demostrarle comprensión y confianza para que se sienta en casa.
Unos comienzos en los que en algunos casos habrá que armarse de paciencia para ir enseñando al animal, sobre todo si es un cachorro, pautas básicas de comportamiento dentro y fuera de casa. Es esencial durante esos días, además, no dejarle nunca solo para que se sienta seguro, respetar el ritmo de adaptación del animal a su nuevo hogar y probar con distintas técnicas o recompensas para ir poco a poco ganándose su confianza.