La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentaron un nuevo estudio en el que fijaron en 55 horas semanales el límite saludable para trabajar. Es decir, según su investigación, emplear más horas aumenta considerablemente el riesgo de muerte.
Estos efectos pueden empezar a notarse a partir de los 10 años en personas que superen ese cúmulo de trabajo desde los 45 años de edad, especialmente con enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Una situación que coincide con la época de pandemia que se vive en la actualidad y los cambios de ritmo derivados del teletrabajo.
Trabajar para vivir o vivir para trabajar
Según el estudio de la OMS y la OIT, publicado en Environmental International, trabajar demasiado tiene efectos muy adversos en la salud. Se trata de un primer análisis que asocia el alto número de horas trabajadas con la pérdida de vidas y los daños a la salud, llevado a cabo gracias a decenas de investigaciones previas realizadas con miles de voluntarios de todo el mundo.
"Trabajar 55 horas o más a la semana representa un grave peligro para la salud. Es hora de que todos --gobiernos, empleadores y trabajadores-- reconozcamos que las largas horas de trabajo pueden causar muertes prematuras", señala la directora de Medioambiente, cambio climático y salud de la OMS, María Neira.
Los datos avalan el estudio publicado
Tanto la OMS como la OIT estiman que en el año 2016 murieron 398.000 personas de un derrame cerebral y otras 374.000 por una enfermedad cardíaca, con motivo de haber trabajado más de 55 horas semanales. En este sentido, el estudio asocia ese exceso de trabajo con un aumento del 35% del riesgo de un accidente cerebrovascular y del 17% de morir por una cardiopatía isquémica.
Además, el estudio asegura que el número de fallecimientos por cardiopatías asociadas a largas jornadas de trabajo aumentó un 42% entre los años 2000 y 2016, mientras que en el caso de accidentes cardiovasculares se elevó a un 19%. "Aunque se sabe que alrededor de un tercio del total de la morbilidad estimada en relación con el trabajo es atribuida a largas jornadas de trabajo, la realidad es que es el primer factor de riesgo de enfermedad laboral", asegura Neira.
Los factores que empeoran la situación
El especialista de la OMS, Frank Pega, asegura que no se han encontrado "diferencias entre sexos en lo referente al efecto de estas largas jornadas de trabajo", pero señala que la morbilidad en los hombres alcanza el 72%. La mayoría de estos casos fueron personas de 60 a 79 años que superaron las 55 horas de trabajo semanal entre los 45 y los 74 años, y superan a las mujeres dado que representan una parte mayor en cuanto a los trabajadores de todo el mundo.
Lo peor de este estudio es que, según la OMS, el número de personas que supera las 55 horas de trabajo semanal es cada vez mayor, acercándose ya al 9% de la población mundial: unos 480 millones de personas, con las zonas oriental y meridional de Asia como las más afectadas. Además, la pandemia del coronavirus ha aumentado el trabajo a distancia descontrolado, a menudo "borrando las fronteras entre la casa y el trabajo" y "con horarios de trabajo más largos", advierte Tedros Adhanom, director general de la OMS. Aproximadamente, en "un 10%".