Para bien o para mal, nuestro cuerpo cambia con la edad. Sí, los glúteos también pasan por ello. Y es que, no solo se nota el paso del tiempo y los efectos del envejecimiento en el rostro, sino que en esta parte "noble", el cumplir años también puede hacer estragos. No hay vuelta de hoja. La temida ley de la gravedad hace de las suyas a la hora de que las nalagas empiecen a descender casi al tiempo que se va perdiendo firmeza.
No solo ese envejecimiento se nota a la hora de decir adiós a la tersura o forma, también se puede producir lo que se llama atrofia tisular. Dicho de un modo más comprensible, se produce el desgaste o la pérdida de tejido muscular sobre todo en la zona de los muslos donde los ligamentos y la piel tienen ya menos fuerza para sujetar la estructura.
Los glúteos y la edad
En el caso de las mujeres, ya en la pubertad se observa un cambio importante en los glúteos ya que estos tienden a redondearse y a expandirse por así decirlo, debido al aumento de tejido adiposo. Con el paso de las siguientes décadas, lo que se ensanchan son las caderas. Además, al mismo tiempo, la grasa de la dermis va bajando hacia abajo y a ambos lados hasta conformar un pliegue subglúteo más largo. Como consecuencia, muchas mujeres se decantan por una liposucción llegadas a esta edad.
Es ya tras la aparición de la menopausia cuando se puede ver una distribución más uniforme de esa grasa corporal alrededor de la zona de la cintura y el abdomen, con lo que los glúteos se ensanchan como se puede ver si se miran de forma dorsal. Por si fuera poco, a partir de este momento de la mujer es probable que las nalgas adolezcan de su curvatura superior y tomen una forma más redondeada en las partes inferiores.
Causas de este envejecimiento
No es que aparezcan arrugas poco a poco. En el caso de los glúteos, las causas que hace que vayan perdiendo todo lo que fueron en décadas pasadas tienen que ver más con el tejido adiposo de la zona, así como con la morfología muscular de cada uno. En este último punto entra también la disposición genética, así como la raza de esa persona. Pero hay más, circunstancias como los cambios de peso que uno pueda experimentar a medida que se van cumpliendo años, además de la presión hormonal, también influyen considerablemente.
Eso sí, en este caso y como se ha adelantado antes, hay notables diferencias entre hombres y mujeres ya que en el caso de los primeros al tener la zona de los glúteos con la estructura ósea más desarrollada, el tejido muscular es similar. Al contrario, la mujer presenta en la fisionomía en la parte baja de la espalda una mayor grasa corporal.
Tratamientos
Una vez ocurre esto, en los centros de belleza y estéticos especializados existen ciertos tratamientos que pueden poner en jaque al paso del tiempo. Desde cremas, soluciones inyectables para mejorar el aspecto de la piel de la zona, pasando por tratamientos más innovadores con el beneplácito de lo último en tecnología aplicada a la cosmética y el mundo de la belleza. Así, por ejemplo, en el glúteo se pueden aplicar inyecciones de ácido poliláctico que hace las veces de relleno subdérmico que produce además colágeno nuevo.
Otro novedoso sistema pasa por el empleo de la energía electromagnética para volver a definir los glúteos antes de que sea demasiado tarde. Una aparatología que se encarga de contraer la zona muscular de las nalgas imitando lo que podrían ser movimientos involuntarios. Un tratamiento que no solo se aplica en la zona de los glúteos, también se aconseja para la cara interna de los muslos.
¿Y algo de ejercicio?
La cosmética, en constante evolución, siempre ha resultado ser una estupenda aliada para paliar el paso del tiempo en el cuerpo (a nivel exterior claro). Ahora bien, no viene mal si además de parte de cada uno se pone algo de esfuerzo para multiplicar ese trabajo que hace la belleza. ¿Cómo? Por medio de ejercicio físico, mucha fuerza de voluntad y una buena alimentación.
Para el caso de esta parte del cuerpo, lo mejor para mantenerla en forma es optar por las clásicas sentadillas (eso sí, con cuidado de hacerlo con la espalda recta o esta sufrirá), hacer zancadas alternas con ambas piernas, un puente con el cuerpo desde una posición tumbada, levantar un peso muerto en posición de bipedestación o realizar patadas de glúteo en cuadrupedia con ambas piernas.