Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta Japón como sociedad es al continuo envejecimiento de la población, ya que la tasa de natalidad no deja de bajar. Tanto es así que en el último año los nacimientos descendieron hasta un 5,8% (récord en el país nipón) debido a que el número de matrimonios también fue menor y, además, se realizaron con parejas de edad más avanzada.
Para enfrentarse a esta complicada realidad, el gobierno japonés está tomando todo tipo de decisiones y una de ellas ha sorprendido por lo inusual que es: fomentará las aplicaciones que ayudan a buscar pareja.
Parejas perfectas
El gobierno considera que cuantas más parejas se creen, más posibilidades de que nazcan niños habrá. Eso sí, no valdrá cualquier emparejamiento, sino que las apps a las que apoyará deberán buscar personas que sean totalmente compatibles.
Así pues, se podría decir que Japón se va a gastar 15 millones de euros en que sus ciudadanos encuentren la pareja perfecta con la que pasar el resto de su vida, lo que a su vez, les dará ganas de procrear y tener descendencia.
La Inteligencia Artificial entra en escena
En este proceso la Inteligencia Artificial será clave, puesto que solo con esta tecnología se conseguirá conocer con mucha precisión si dos personas son compatibles en cuanto a sus gustos, necesidades, caracteres y pasatiempos.
El propio primer ministro Yoshihide Suga se ha referido a esta misión: “Estamos planeando ofrecer subsidios a los gobiernos locales que operan o inician proyectos de emparejamiento que usan IA. Esperamos que este apoyo ayude a revertir el declive en la tasa de natalidad de la nación”.
En la mitad del país
Por el momento, la mitad de las prefecturas de japón ya cuentan con alguna aplicación que ayuda a sus vecinos a buscar y encontrar la pareja perfecta, y en algunas de ellas ya se está utilizando la Inteligencia Artificial para que dicha búsqueda sea más efectiva, dado que el análisis de datos será mucho más avanzado.
Y es que, aunque pueda parecer una medida algo extrema, cualquir ayuda será bienvenida en un país que tiene 126 millones de habitantes, pero que podría ver reducida su población a unos 90 millones en el año 2065 si sigue a este ritmo de envejecimiento.
Un método habitual
La medida japonesa no resulta descabellada si se tiene en cuenta que las citas a través de aplicaciones para encontrar el amor se han multiplicado en los últimos años. Si hace 15 años apenas había gente que utilizara los portales para encontrar pareja, ahora es una práctica muy habitual.
Según Statista, en Estados Unidos es ya el principal método para ligar por delante de conocer a alguien en un bar o un restaurante, a través de amigos o en el lugar de trabajo. De hecho, hasta el 39% de las ocasiones se utiliza alguna herramienta online, cuando en el año 1995, por ejemplo, solo ocurría en un 2% de las ocasiones.
La utilidad de la IA
Las aplicaciones de citas o “para encontrar el amor” han mejorado considerablemente y cada vez son más fáciles de utilizar y más útiles para conseguir quedar con las personas que realmente interesan. Por ello no es de extrañar que el siguiente paso sea incorporar la Inteligencia Artificial con el objetivo de que el proceso sea más efectivo.
Es decir, poco a poco todas ellas podrán evitar la utilización de filtros por edad, sexo, localización y demás. La IA irá aprendiendo del uso que cada usuario le dé a la app y no tardará mucho en ofrecer aquellos perfiles que mejor encajen con sus aficiones, gustos y modo de comportarse en la propia red de citas. A fin de cuentas, es tal la cantidad de datos que se pueden conocer de cada persona según sea su comportamiento, que la IA podrá sacar conclusiones cada vez más certeras.
¿Y en el futuro?
Si se tiene en cuenta que Japón potenciará el uso de estas apps para que sus habitantes procreen y que la Inteligencia Artificial seguirá evolucionando en sus capacidades, no es de extrañar que en un futuro cercano la tecnología sea capaz de concertar citas que funcionen en un alto porcentaje de probabilidades.
No obstante, los seres humanos siguen siendo impredecibles y aún habrá quien piense aquello de que “los polos opuestos se atraen”. Sea como fuere, Japón ha hecho una apuesta y no tardaremos en saber si ha sido acertada.