La buena conservación de los huevos es imprescindible para evitar brotes de enfermedades como la salmonela, que pueden propagarse a través de este alimento. Aunque pueda parecer que el frío de una nevera puede ayudar a prevenir infecciones, la mayoría de supermercados en la Unión Europea no refrigera los huevos. ¿Por qué?
El motivo es la cutícula que tiene el huevo en la cáscara y que le protege precisamente de este tipo de bacterias. Según informa la COPE, un cambio brusco de temperatura puede dañar esta capa protectora, de modo que hay que hacer los mínimos imprescindibles.
Ni lavarlos ni refrigerarlos
Si las tiendas de alimentación guardaran los huevos en refrigeradores, estos se calentarían al llevarlos a casa, y una vez allí, volverían a enfriarse al ser guardados en la nevera de casa. Demasiados cambios para la frágil barrera que protege la clara y la yema.
Es por ello que medidas higiénicas como lavar los huevos con agua pueden ser contraproducentes. Si su cáscara está intacta, pueden mantenerse frescos durante 28 días aproximadamente.
Regulaciones europeas
Otro aspecto a tener en cuenta, según el portal Healthline, es que los huevos no son tratados de la misma forma en la Unión Europea que en otros países como Estados Unidos. En gran parte de Europa, es seguro almacenar los huevos fuera de la nevera siempre que se consuman pronto. Por otro lado, países como el Reino Unido han tomado en el pasado medidas exitosas que ahora se han extendido, como vacunar de salmonela previamente a las gallinas para prevenir contagios.
Las autoridades europeas recomiendan que los supermercados guarden estos productos a bajas temperaturas, pero nunca en refrigeradores para evitar que se calienten y condensen de camino a casa. Es decir, en gran parte de Europa, la salmonela se combate con medidas preventivas como las vacunas o la prohibición de lavar los huevos en las granjas. Esto protege el producto y hace innecesaria su refrigeración.