El Gobierno italiano confirma que las Navidades de este 2020 no van a ser las mismas. El ministro de Asuntos Regionales de Italia, Francesco Boccia, confirma que en esas fechas se mantiene el toque de queda a las 22 horas en todo el país y durante todo el mes de diciembre.
Italia no contempla hacer ningún tipo de excepción por las fechas cruciales ni Navidad, ni Nochevieja. “La celebraremos en casa. Si decidimos que hay toque de queda, pues uno vuelve a casa independientemente de lo que haya. Hay que hacerlo “, sentencia el mandatario.
Restricción de movimiento
Pero esta no será la única restricción. El viceministro de Sanidad, Pierpaolo Sileri, afirma en La Stampa que también “los movimientos entre regiones serán limitados” incluso entre las regiones consideradas en zona amarilla, es decir de riesgo moderado de contagio.
“A finales de diciembre es probable que la mayoría de las regiones se encuentren en la zona amarilla y en ese momento los almuerzos navideños con positivos en la mesa bastarían para volver a vivir una masacre”, avanza.
Aforos y bares
Asimismo, el responsable de Salud italiano confirma que los ciudadanos deben olvidarse de las reuniones navideñas multitudinarias y con toda la familia. Se limitará el número de invitados para los ágapes de estos días. “Yo diría que seis, aunque no sea un número mágico. Y que no haya 6 invitados diferentes en cada comida”.
Italia no espera relajar las medidas hasta pasadas las fiestas. De hecho, los restaurantes y bares abrirán, “pero después de las vacaciones de Navidad”.
Hospitales
“En este momento debemos seguir dando oxígeno a los hospitales. Todavía hay demasiadas uci y demasiadas salas completas. Por ahora, dejaría todo congelado, y en enero empezaría a plantearme flexibilizar las medidas para ellos, pero también para teatros y cines”, estima.
Todo ello aún ha de ponerse por escrito y ser presentado de manera oficial. El gobierno todavía trabaja en el nuevo decreto que detalla la normativa antiCovid para el último mes del año, un mes que será difícil, adelanta.
Calles bulliciosas
La voluntad, subrayan es evitar una tercera ola “que nadie quiere” y para lograrlo “hay que seguir con rigor y distanciamiento social.”. Y es que las imágenes de las zonas comerciales de las grandes ciudades abarrotadas de gente han hecho saltar las alarmas.
“Es inevitable que cuando se reabren las actividades comerciales exista el deseo de realizar las actividades habituales que se han condicionado durante nueve meses. Creo que la reacción es natural, pero no es natural no respetar las reglas y el distanciamiento”, señala Boccia.