La leyenda cuenta que Poseidón, traicionado por Minos, hizo que su mujer se enamorara de un toro blanco y tuviera un hijo con él. Así nació el Minotauro, un ser con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Una humillación para el rey de Creta que hizo construir un laberinto para encerrar allí a la bestia.
Desde entonces, han sido muchos que han ido apareciendo por el mundo, para diversión de pequeños y mayores. Muchos de ellos son muy fáciles, otros originales, pero sólo uno es el más grande del planeta y tiene una estrecha relación con las piñas.
Piña por Minotauro
En la Plantación Dole, en Hawai (Estados Unidos), se encuentra el laberinto más grande del mundo, según el libro Guinness de los récords. Está en medio de uno de los pocos jardines botánicos permanentes en el país, se extiende sobre más de 12.000 metros cuadrados de terreno e incluye casi 4 kilómetros de senderos elaborados con más de 14.000 coloridas plantas isleñas.
El motivo central de la experiencia es la piña y su historia, por eso, quien se sumerge en él y llega hasta su centro, encuentra una plantación con la forma del fruto y no un minotauro, como el de la leyenda.
Tiempo de resolución
Toda la plantación tiene como eje la piña y el lugar está pensado como un juego con ocho estaciones secretas. Además, los visitantes pueden optar también por un paseo en el 'expreso de piña', un recorrido por el jardín de la plantación y otras actividades en función de los grupos de edad que acuden.
Pero el laberinto es la atracción estrella. Entrar en él y llegar hasta a su centro cuesta una media de 40 minutos. El récord, por eso, está en siete minutos. Toda una aventura, con sabor a piña y sin necesidad de enfrentarse a ninguna leyenda mitológica.