Cuando el coronavirus llegó a España, se desataron las compras de papel higiénico al igual que en otros tantos países previamente. Nadie podía dar crédito ante tanta locura por hacerse con un rollo, hasta el punto de que el personal de seguridad de los supermercados los escoltaban en sus estanterías.
Desatada esta fiebre, nació uno de tantos challenges que se han viralizado durante este tiempo de cuarentena: el reto de los diez toques. Desde futbolistas a amateurs, incluso gente que no ha tocado un balón en su vida, se ha apuntado a la moda de compartir sus intentos. Algunos, claro está, con más gracia que otros...
La originalidad de los futbolistas
Hay gente como Michael Owen, que prometía mucho pero pasó sin pena ni gloria por el mundo del fútbol. Eso sí, ganando un Balón de Oro, como bien se encarga de recordar a la gente siempre que puede...
Y luego está la gente que lo imita, como el que clavó el último rollo que les quedaba en casa.
También hay profesionales, como Juan Iglesias --jugador del Getafe B--, que no escucharon nunca lo de que "jugar en la cocina es peligroso".
Paul Pogba también se unió al reto, en familia. Un toque por persona... hasta su hijo colaboró.
Luego está Felipe Melo. La calidad técnica no fue su fuerte, aunque su mentalidad defensiva sigue siendo la misma de siempre.
Los intentos de los imitadores
El aficionado del Málaga que consigue, incluso, ralentizar la velocidad del papel por arte de magia.
Muy parecido al de este otro, que controla a la perfección la desviación. Un desafío directo a las leyes de la física.
Hay gente que consigue hacer toques con la mente. ¡Fascinante!
Algunos, al no verse capacitados, pasan toda responsabilidad a sus mascotas.
Mientras, otros optan por superarlos a todos y hacen diez toques en uno solo... ¡Eso no cuenta!
Escoger el sitio adecuado, es básico
El comedor, que normalmente es lo más amplio de una casa, no siempre es la mejor opción. ¡Cuidado con los obstáculos!
Que se lo digan a este, que no consigue dar dos toques sin romperse los dedos de los pies.
El baño tampoco es la mejor opción... a pesar de que allí se encuentre el papel. ¡Cuidado con los cristales!
Las terrazas tampoco son las mejores opciones, por razones obvias...
Y, si sales al patio, ten cuidado con lo que tienes cerca. El reto es dar toques, ¡no tener que sobrevivir!
En algunas ocasiones, no es por el espacio o los obstáculos... el peor mal puede llegar a ser uno mismo.
Y ya sabes, si lo de dar toques no es lo tuyo... siempre caben más posibilidades y salidas para el papel de váter.