La crisis del coronavirus ha precipitado una ola de teletrabajo en la mayoría de las empresas. Una medida que muchas personas llevaban tiempo reclamando a sus superiores, ya fuera para ayudar con la conciliación o bien para poder disfrutar de la jornada laboral desde la comodidad del hogar. Sin embargo, algunos empleados no están preparados para los desafíos que supone este modo de trabajo.
Los horarios se difuminan, no hay ningún superior o compañero que pueda ejercer una cierta presión para cumplir con las tareas y, en ocasiones, el espacio no es el más adecuado. Por eso, es importante seguir algunas pautas de interés para que el teletrabajo no se convierta en una auténtica pesadilla.
Un espacio cómodo
La vivienda personal es un lugar que ofrece todas las comodidades posibles. Esto supone que a veces pueda ser demasiado agradable para trabajar. Por este motivo, hay que buscar un espacio tranquilo para concentrarse, sin sentir la llamada del sofá o la cama cada cierto tiempo. Lo ideal sería disponer de una habitación destinada exclusivamente al trabajo, sin ruidos ni molestias.
La mesa debe ser amplia y no contener muchas distracciones. A su vez, la silla debe ser ergonómica y adaptarse a la altura de cada uno. Lo principal es que las manos estén completamente apoyadas sobre la mesa mientras se trabaja, en un ángulo de 90 grados. Si las piernas no llegan al suelo, se puede poner un reposapiés para que queden completamente estables. Por último, si se usa un ordenador portátil, lo mejor será elevarlo para que quede a la altura de los ojos. Así se evita forzar el cuello.
Horario de ‘oficina’
Fijar y respetar un horario laboral para cumplir con las tareas propias del puesto de trabajo es vital, tanto en la oficina como en casa. Uno de los mayores peligros del teletrabajo es que se altera la rutina del mismo, por lo que se dan comportamientos de procrastinación y, al final del día, se tiene la sensación de que no se ha avanzado nada con las tareas pendientes.
Terminar con esta situación es muy sencillo: basta con planificar y cumplir un horario de trabajo, que puede ser el mismo que en la oficina, aunque también puede variar según las necesidades del puesto y del empleado, que puede preferir trabajar por la tarde o por la noche, por ejemplo. Lo importante es establecer un horario sensato que se dedicará al trabajo (y no a otra cosa) y cumplirlo. Esta es la única manera de no acabar saturado con las tareas diarias o, por el contrario, no aprovechar la jornada.
Planificar los descansos
Otro detalle que se suele olvidar cuando se trabaja desde casa es la posibilidad de hacer descansos. Sin embargo, está demostrado que las pausas cortas ayudan a mejorar la concentración, según un estudio de la Baylor University. En él, se explica que el mejor momento para realizar la pausa es a media mañana, pero insiste en que es más adecuado planificar los descansos y realizar un mayor número, aunque sean más cortos.
Esto ayuda a que la mente desconecte durante unos minutos y vuelva fresca y despejada a la tarea encomendada. Por supuesto, se puede aprovechar para tomar un pequeño tentempié como una pieza fruta o un puñado de frutos secos, los alimentos que más energía aportan. O bien una bebida caliente, como café o té, que también pueden ayudar a relajarse y favorecer la concentración.
Las tareas, de una en una
Por último, pero no menos importante, hay que establecer una buena planificación de tareas para que estas no acaben por asfixiar al empleado. Para ello, lo mejor es usar una de las muchas apps de organización que existen. Trello, Todoist, Microsoft To-do o Things pueden servir para apuntar las tareas que requieren una mayor celeridad y otras programadas con fecha límite concreta.
En cambio, si alguien no quiere complicarse la vida, una lista de tareas convencional siempre funciona. Para ello, se puede usar cualquier aplicación de notas que ya viene instalada en el móvil, usar los clásicos post-it o una simple libreta. Cualquier herramienta es válida para no olvidar las tareas que hay que completar. Eso sí, después habrá que concentrarse de una en una hasta resolverlas todas.