Incluso cuando muchos adultos ni siquiera saben exactamente qué es el cambio climático, los niños, las nuevas generaciones, deben conocer la situación ambiental para saber el estado en el que se encuentra el planeta, cómo pueden ayudar y aprender más sobre este concepto (y otros relacionados). Crear adultos con conciencia es uno de los objetivos de la educación y no solo es importante que sepan de historia o matemáticas; cuestiones como el cambio climático y el conocimiento del medio en el que crecen son también vitales.
A la hora de explicarle algo a un niño, especialmente si es un tema de complejidad como el cambio climático, es importante hacerlo de una manera sencilla, con una definición simple, concreta y clara. No hay que entrar en tecnicismos, lo importante es que ellos comprendan, en su propio lenguaje, aquello que se les intenta explicar. Los juegos o las imágenes son grandes aliados para ayudar a un niño a entender nuevos conceptos, especialmente algo tan complicado como el cambio climático.
Definición de cambio climático para niños
Con los niños hay que intentar evitar mensajes negativos o pesimista, ya que ellos tienen menos herramientas para afrontar este tipo de emociones. Aunque sea un tema importante, transmitir preocupación no ayuda. Hay que enseñar y educar desde la esperanza, la motivación y la conciencia, para lanzar un mensaje de cooperación, lucha y ayuda. Que ellos sepan que, aunque una situación no sea favorable, pueden remar para ayudar al cambio. De este modo, en el futuro podrán convertirse en adultos proactivos y que luchan por sus ideales.
Dicho esto, hay tres definiciones que los niños deben conocer para entender la situación del planeta en conjunto. Cambio climático (“la variación del clima de la Tierra a causa de la acción del ser humano”), calentamiento global (“un aumento de temperatura del planeta, que da lugar al cambio climático”) y efecto invernadero (“son los gases que se retienen en el planeta y que provocan el calentamiento global”). Por tanto, para que los niños relacionen estos tres conceptos, se les puede indicar que el efecto invernadero provoca un calentamiento global, que a su vez deriva en un cambio climático. Es decir, el cambio climático es la consecuencia última, no el origen como mucha gente piensa.
Aprendizaje visual
Los niños aprenden jugando y con teoría no solo olvidarán los conceptos más rápido, si no que probablemente no comprendan y asimilen bien la información. Una buena idea es enseñarles mediante vídeos e imágenes. El cerebro asimila mejor los contenidos visuales que los teóricos, y concretamente los niños suelen tener más capacidad receptiva cuando se les muestra un vídeo que cuando se les da una explicación en un libro. Por tanto, es interesante buscar vídeos para niños en canales de Youtube educativos.
Para las imágenes, pueden ser ellos mismos los que hagan fichas y dibujos explicando el cambio climático. Al hacerlo con sus propias manos y palabras, fijarán mejor los conceptos y conseguirán comprenderlo mejor. Los cuentos también son muy útiles para educar y enseñar valores o conceptos útiles, como el del cambio climático, el efecto invernadero o el calentamiento global.
Ponerlo en práctica
Una vez que los niños hayan comprendido qué es el cambio climático, llega el momento de mostrarles qué pueden hacer ellos para tratar de ayudar al planeta. Para que comprendan la importancia de reciclar, se puede establecer un sistema de recompensas basado en bolsas de basura de residuos. Cada número de bolsas recicladas puede equivaler a un premio y el niño puede elegir sus propias recompensas, según la dificultad y el tiempo que le haya llevado.
Las manualidades también son muy útiles para enseñar el concepto del reciclaje y de la reutilización de residuos. Y hay algunas muy sencillas. Por ejemplo, un portalápices con el plástico de una botella, una hucha con el cartón del papel higiénico o una casita de muñecas con los envases de la leche son algunas de las manualidades más básicas y que no solo ayudan al niño a comprender el cambio climático y concienciarse, también desarrollan su creatividad y hacen de ellos personas más felices.