En la grafía castellana, existe una letra que no se incluye en otros idiomas. Se trata de la eñe, cuyos orígenes se remontan al siglo XII y que fue evolucionando en otras lenguas para derivar en otras grafías. Por ejemplo, en Cataluña, como ya sabemos, la eñe se sustituye por un ny (España = Espanya; Cataluña = Catalunya…). Aunque precisamente esta letra surgió por una falta de sonidos en el latín, en este idioma, la base del castellano, se puede encontrar su propia variante.
La eñe hoy en día puede dar lugar ciertas confusiones en algunos ámbitos. Por ejemplo, los apellidos que la contienen, como Ibáñez, puede dar problemas en sistemas de reservas internacionales, como hoteles o aerolíneas, ya que tienen cargado en sus sistemas la grafía internacional y no se reconoce esta letra. Esta es una de las curiosidades de la eñe que probablemente solo conozcan aquellos que la contienen en su nombre o apellidos y que ya conocen su plan de contingencia.
Origen de la eñe
Los escribanos españoles buscaban, allá por el siglo XII, una letra que pudiera representar un nuevo sonido. El alfabeto del latín no la contenía y lo más cercano a ello era la doble ene. Por ejemplo, la palabra annus. Para poder simplificar la doble letra y obtener el sonido deseado. Así surgió la vírgula (el palito o rayita ondulada) que se sitúa sobre ella. En el ejemplo mencionado, annus se transformó así en año. El sonido que se deseaba lograr era un sonido nasal palatal.
No solo la doble ene se transformó en eñe. También otros grupos consonánticos, como ni o gn. Algunos de estos se mantienen en otras lenguas. Por ejemplo, en catalán se utiliza ny, en francés gn y en portugués nh. Todas estas formas grafológicas son variantes de la eñe castellana en otros idiomas. Poco a poco se fue adaptando esta nueva forma de escritura y, en el siglo XIV, ya estaba totalmente implementada en el castellano, evolucionando así el idioma origen que dio lugar a esta lengua, el latín.
Más curiosidades
A pesar de que se empezó a utilizar en el siglo XII y que se encontraba ya plenamente integrada en el español en el siglo XIV, no fue hasta el siglo XIX cuando la RAE la recogió por primera vez en su diccionario.
Problemas con la eñe
Como se comentaba en el inicio, la letra eñe, en ocasiones, puede dar lugar a ciertos problemas, especialmente para aquellos que la contienen en su nombre o apellidos. De hecho, aerolíneas como Iberia recogen en su sección de preguntas y respuestas esta problemática. La explicación es sencilla: la letra solo aparece en la grafía española, por lo que otros alfabetos internacionales no la recogen. En aviación, se trabaja con el alfabeto internacional, la letra no forma parte de él y, por tanto, no se puede utilizar.
Esto puede dar lugar a incoherencias entre el nombre del billete y el nombre del dni. ¿Qué es lo mejor en este caso? Siguiendo con el ejemplo de Iberia, al no disponer de esta letra en sus sistemas, cuando el usuario la introduce a la hora de hacer la reserva se transforma automáticamente en una letra n simple. El propio usuario podría utilizar la n en lugar de la vírgula para evitar problemas con las tarjetas de embarque. Nunca se debe poner otra grafía, como ny o nn para tratar de simularla. Otro de los problemas más habituales con esta letra es encontrar teclados que no la contengan, por lo que se debe simular mediante atajos.