Son las llamadas terapias de los sentidos, instrumentos para obtener un bien físico y espiritual a través del olor, el color y la música. La información que recibimos a través de los sentidos (olfato, vista, oído, gusto y tacto) es primordial y puede contribuir de forma positiva o negativa en diferentes esferas de la vida: el estado anímico, la motivación profesional, incluso la forma física puede verse condicionada por la información que se obtiene mediante estas vías.

En esta línea, las terapias como la aromaterapia, la cromoterapia y la musicoterapia ganan cada vez más adeptos. La exposición a ciertos estímulos influye en el funcionamiento interno y externo de una persona. Por supuesto, son terapias totalmente inocuas y sin ningún tipo de efecto secundario, por lo que se puede probar tanto si se está pasando un mal momento como si se busca obtener un beneficio o reforzar un apartado determinado del cuerpo o la mente. ¿En qué consiste cada una de ellas?

Aromaterapia

La aromaterapia utiliza, para la acción terapéutica, fragancias, aromas y olores que aportan beneficio al organismo. Lo habitual es seguir esta terapia a través de aceites esenciales, ya que es una forma de canalizar los olores de forma pura y en la medida exacta que se necesitan. Muy populares son las flores de Bach. El aroma se puede difundir mediante inciensos, hornillos, sprays o incluso cremas corporales. Lo importante, para que funcione correctamente, es no mezclar más de cuatro aromas y que sean olores agradables.

La aromaterapia puede aportar propiedades analgésicas, para disminuir el dolor menstrual, las cefaleas o las molestias gastrointestinales; y también beneficios psicológicos, especialmente los destinados a la tranquilidad y la calma. El uso de aromas con fines terapéuticos data del año 4.500 a.C y se ubica en China. Sin embargo, como uso medicinal es más frecuente. Estas técnicas se incluyen ya dentro de la medicina oficial en países como Francia y Reino Unido. Los olores mejor valorados son la lavanda, la menta, el limón, el jengibre, el pino y el tomillo, entre otros. Es medicina alternativa, sin evidencia científica.

Aceites esenciales / Monicore EN PIXABAY

Cromoterapia

La cromoterapia hace uso del color como fuente de acción terapéutica. En un nivel más básico, se puede tener en cuenta a la hora de decorar el hogar o elegir ciertos colores para aspectos similares de la vida cotidiana, pero por supuesto la cromoterapia es mucho más que eso. En terapia, se suelen utilizar lámparas halógenas donde el paciente observa diferentes colores con distinta longitud de onda. Según los efectos que se quieran conseguir, este tipo de terapias pueden provocar cambios biológicos asociados a la mejora y la curación de ciertos síntomas.

Es interesante destacar que la cromoterapia no tiene respaldo científico, por lo que no debe tomarse como una evidencia. De hecho, el Ministerio de Sanidad de España la cataloga como una pseudoterapia. Los defensores de la cromoterapia asocian ciertos colores con estados y beneficios diferentes. Por ejemplo, el azul invita a la calma, el naranja fomenta la creatividad, el rojo aporta energía, el amarillo estimula el cerebro, el rosa disminuye la ansiedad o el índigo mejora la inteligencia.

Musicoterapia

Por su parte, la musicoterapia busca, a través del oído, aplicar métodos diferenciados con efectos positivos sobre la afectividad, la cognición y la psicomotricidad. Se pueden utilizar desde música hasta sonidos variados de todo tipo. Se utilizan ritmos, melodías, armonías y sonidos para lograr objetivos enfocados a la mejora del aprendizaje, las relaciones y otros fines terapéuticos. Se busca mejorar la calidad de vida del paciente, tanto física como psicológicamente mediante la asociación de estos sonidos.

Se dice que la musicoterapia ya se utilizaba desde la prehistoria, aunque no tal y como la conocemos ahora. Grecia, la Edad Media, el Barroco o el Renacimiento son otras etapas en las que se tienen evidencias del empleo de este tipo de terapias. A pesar de que la musicoterapia se utiliza en diferentes ramas de la Medicina de forma relativamente habitual, existe poca evidencia científica sobre su eficacia. Suele ser bastante utilizada para tratar temas como el autismo, la esquizofrenia, la ansiedad y también en neonatos y en la mujer durante el embarazo.