Lo que están a punto de leer se trata de una historia de lo más real, por mucho que no lo parezca. El caso es que Francisco Guerrero, un buen día, decidió jugar a la Bonoloto y la suerte le sonrió. Y es que sin él esperarlo se alzó con uno de los mayores botes jamás repartidos.
Una cantidad indecente de dinero que asciende a más de 6 millones de euros. Sin embargo, la alegría le duró poco tiempo. Y es que tras hacerse de oro, decidió poner todas sus ganancias en el banco, para tenerlas a salvo. El problema es que la operación salió mal y lo perdió todo. ¿Qué te parece?
De millonario a pobre en un visto y no visto
Para entender la curiosa historia de Francisco Guerrero tenemos que remontarnos al año 2007. Por aquel entonces, Guerrero decidió jugar a la Bonoloto y se hizo con la estratosférica cantidad de 6.414.000 euros. O, lo que es lo mismo, un premio récord. Un pastizal que, pese a no entender de finanzas, decidió guardar en su banco.
El problema es que, en lugar de depositarlo a plazo fijo, lo que hizo fue contratar productos tóxicos de alto riesgo. De manera que, mientras él pensaba que su dinero iba creciendo poco a poco, ocurría todo lo contrario. Los billetes iban desapareciendo y él sin saberlo. La tragedia salió a luz el día que acudió al banco, para sacar la módica cifra de 30.000 euros, y se dio cuenta que no tenía absolutamente nada. Una tremenda pérdida que, muy a su pesar, ha generado un mar de deudas en la vida de Guerrero.
La triste realidad de Francisco Guerrero
Tras lo ocurrido, el que en su día ganara la Bonoloto ha manifestado estar "completamente destruido". Y es que Guerrero se siente víctima de "un robo y engaño" por parte del banco. Una situación límite que han llevado a Francisco a los tribunales, donde le han dado la razón hasta en dos ocasiones y han condenado a la entidad a pagarle más de un millón de euros. Un dinero, sin embargo, que de llegar a percibir perdería al momento puesto que todas las deudas que ha generado superan la indemnización que percibiría.
Recientemente, para ser más concretos, el pasado martes, se ha celebrado un tercer juicio para esclarecer el complicado caso de Guerrero. Aunque, muy a su pesar, el caso ha quedado visto para sentencia. Mientras tanto, Francisco está recibiendo tratamiento psiquiátrico y sufre unas fatídicas dolencias en la rodilla, motivo por el que en su día fue al banco a retirar 30.000 euros. Y, por si todo esto no fuera suficiente, vive como okupa. ¿Conseguirá enderezar su vida?