Las fronteras, esas barreras que separan países, culturas, formas de entender la vida y diferentes tipos de clima. Hay casos en los que incluso se forman de manera natural. Los Montes Urales, ubicados en Rusia, representan el accidente geográfico encargado de dividir Europa y Asia. En la península ibérica ese testigo lo recogen los Pirineos, grandes cordilleras que separan el territorio español y el país galo.
A pesar de dividir naturalmente ambos territorios, en los Pirineos se establece una aduana para controlar el paso, tanto de personas como de mercancías, en ambos países. Al ser fruto de la naturaleza, también se ha convertido en uno de los enclaves más importantes en lo que a turismo rural se refiere. Sus montañas cuentan con algunos parajes interesantes, además de poseer diferentes espacios para realizar multitud de actividades. Los jardines de nieve representan uno de ellos.
Diversión y aprendizaje
Los jardines de nieve conforman un lugar preparado para que los más pequeños comiencen a tomar contacto con la nieve. Similar a los talleres para el tiempo libre, donde se realizan actividades lúdicas, pero trasladado al ámbito de las pistas de esquí, lo que puede significar un nuevo modo de diversión y aprendizaje para los niños. Los jardines de nieve se dividen en dos grandes grupos, dependiendo de la edad de los participantes.
Si los pequeños van desde los tres meses hasta los tres años, el lugar idóneo son las guarderías que se sitúan en las principales estaciones del Pirineo catalán. Allí los más chiquitines tendrán la oportunidad de dar sus primeros pasos encima del gran manto blanco o crear muñecos de nieve. Para los que son más mayores, la opción más adecuada serán los jardines lúdicos.
Un lugar para todos
Aquí, los niños cuya edad esté comprendida entre los tres y los seis años gozarán de la posibilidad de iniciarse en el esquí a través de pequeños circuitos. En dichos recorridos, las pendientes no dispondrán de mucha pendiente para facilitar su familiarización con el material y el entorno. El entretenimiento está más que presente en este descenso, ya que habrá elementos durante la bajada que resultarán atractivos para niños y niñas.
La Molina, Masella, Boí Taüll o Baqueira Beret son algunas de estas estaciones, donde los pequeños podrán disfrutar de los jardines de nieve. Esta última, considerada una de las más grandes de todo el país, dispone de hasta cuatro parques infantiles de este tipo, para que todos los niños que visiten la estación estén completamente atendidos. En el caso de las pistas, ubicadas en el Valle de Arán, cada jardín de nieve ofrece atención personalizada.
Baqueira con los peques
El Parque Infantil Baqueira 1.500 se encuentra a pie de las pistas de esquí, concretamente en la cota 1.500, entre el parking de la estación y el Hotel Montarto. Este será el lugar idóneo para las niñas y los niños cuya franja de edad se establezca entre los 3 meses y los 2 años y medio. Para los que se encuentran entre los 2 y los 6 años, su lugar estará en el Parque Infantil Baqueira 1.800.
En este último se incluye la actividad de iniciación al esquí, con diversas combinaciones entre el curso de aprendizaje y la permanencia en el propio jardín de nieve. El Parque Infantil Beret también ofrece la oportunidad a los más pequeños de familiarizarse con este atrevido deporte. En dicho espacio podrán ubicarse aquellos niños y niñas con más de 2 años. Para los que se sitúen por encima del umbral de los 2 años y medio podrán acudir también al Parque Boniagua.
El invierno y sus ventajas
La estación de Boí Taüll es otra de las grandes capitales del esquí dentro de la península ibérica. A unos 10 kilómetros de las pistas, aproximadamente, se ubica un resort ideal para los más pequeños y sus familias. Al igual que en Baqueira, allí tendrán la posibilidad de dar sus primeros pasos en la nieve a la misma vez que empiezan a conocer el mundo del esquí.
El objetivo principal de los jardines de nieve es encontrar un espacio donde los jóvenes, ubicados en la etapa de la infancia, tengan la oportunidad de disfrutar del invierno con una de sus mayores ventajas, la nieve. Con una atención y un importante cuidado, estos pequeños pueden pasárselo en grande con uno de los deportes que genera más adrenalina.