Renovarse o morir. Muchos de los sistemas de trabajo establecidos en grandes compañías se están quedando anticuados sin dejar paso a nuevas propuestas de mejora. La innovación resulta un elemento fundamental hoy en día en las empresas. Apoyar las nuevas ideas y adaptarse a las recientes tecnologías pueden ser uno de los factores que ayuden al crecimiento de la corporación. La cultura innovadora ya es una realidad en muchas de ellas.
Los principales dirigentes deben ser los responsables de, a través de las mejoras propuestas, capitanear a su empresa hasta el éxito. Esas ideas deben de ser implantadas para llegar hasta el impacto deseado. Establecer una cultura innovadora repercute de manera directa en la relación de los empleados y el compromiso, así como en los diversos grados de liderazgo que se adquieran en la organización de la empresa.
Creatividad para nuevos enfoques
Esta cultura innovadora puede marcar la diferencia con la competencia. Puede darse el caso de que la compañía encargada de elaborar el mismo producto o servicio no cuente con las mismas mejoras o avances tecnológicos. Estos factores se podrían traducir en una ventaja para la empresa que sí ha decidido implantar este sistema basado en las ideas novedosas. La transformación digital puede convertirse en un claro ejemplo de éxito en un corto plazo de tiempo.
Como se mencionaba anteriormente, el compromiso de los trabajadores también experimenta cambios dependiendo del sistema de trabajo establecido. En el caso de los españoles, la inmensa mayoría de los trabajadores no contemplan cambiarse de trabajo si en su empresa hay una cultura de innovación marcada. Este dato se reduce en aquellas corporaciones que no deciden dar el paso hacia la era de la innovación, siendo al menos el 57 % de los empleados los que mantendrían su posición dentro de la compañía.
La dificultad de la habituación
Esta serie de cambios traídos por la cultura de la innovación pueden aplicarse de una forma instantánea. Ahora bien, a ciertos trabajadores les puede costar adaptarse a las nuevas herramientas aplicadas tras varios años utilizando ciertos métodos convencionales. Una vez completado el proceso de aclimatación, lo que se pretende es que el empleado pueda aprovechar al máximo el tiempo en sus horas de trabajo.
Esta búsqueda de la optimización se debe a que más de la mitad de las horas aplicadas a la tarea no resultan productivas para el trabajador. Se quita tiempo a las tareas prioritarias para aplicarlo en otros campos como el seguimiento de la información o las reuniones. Un responsable de equipo y las herramientas necesarias pueden poner punto y final al desperdicio del tiempo durante la jornada laboral. La búsqueda de un entrono ideal de trabajo también puede reducir el número de horas desechadas.
Todos hacen la fuerza
El desarrollo de las tareas en equipo dentro de la empresa puede representar uno de los valores más importantes dentro de la cultura de la innovación. De esta manera, los empleados pueden afrontar los problemas y las cuestiones desde diversos puntos de vista para así desencadenar la mejor solución posible. Este tipo de prácticas podrían resumirse en un mayor aumento del impacto económico y un crecimiento de la empresa en hasta dos cifras.
La implantación de la cultura de innovación en una empresa se basa en otros puntos a seguir. Promover el flujo de trabajo y salvaguardar la atención pueden resultar dos prácticas vitales a la hora de desarrollar este modelo. La colaboración interna, entre miembros del equipo, puede llegar a resultar más crucial que establecer acuerdos con agentes exteriores o partners. Más de un 80% de los directivos de empresas innovadoras llegaron a afirmar este sistema de negocio.
La figura del líder
Cuando se han adoptado este conjunto de medidas, es importante que los jefes cumplan la función de liderar una organización sin ningún tipo de fisuras. El término innovación ha llegado a cobrar más importancia que el de productividad.
Todas estas concusiones acerca de la cultura de innovación se han extraído gracias a una investigación panaeuropea realizada por KRC Research y en la que también ha participado el London School Bussines en las tareas de supervisión. La innovación se ha convertido en el principal ingrediente para alcanzar el éxito en la actualidad.