Llega diciembre y con el todos los preparativos para la última gran celebración del año, la Navidad. Vuelven los tiempos de sacar las cajas que guardan el árbol, las bolas, las luces y demás elementos decorativos propios de esta época festiva. Al igual que en las casas particulares, también lo hacen las calles y los establecimientos con las bombillas típicas y los mensajes de felicitación.
Entre los Reyes Magos y Papá Noel se cuela el verdadero protagonista de la Navidad, el belén. Sin esa escena histórica las vacaciones navideñas no se conocerían de la misma forma. El pequeño portal rodeado por la mula, el buey, Jesús, María y José se encuentra dentro de los elementos decorativos indispensables para anunciar que se acerca la festividad del día 25 y Año Nuevo. Cada belén tiene sus propias características y algunas figuras peculiares que han definido para siempre la clásica imagen navideña.
Todo un clásico
Dentro de estos particulares personajes se encuentra el caganer, una de las imágenes más emblemáticas dentro de Cataluña. A pesar de que su origen se vincula con la comunidad, la figura ya se ha convertido en un icono en el resto del país, utilizándose en otros belenes que se encuentran lejos del territorio catalán. El individuo, con los pantalones bajados y en una situación un poco comprometida, cuenta con una historia más de lo más curiosa.
El hecho de estar haciendo sus necesidades fisiológicas es la que le confiere la denominación del caganer. Dicha figura, de pequeño tamaño, suele colocarse en el belén detrás de un arbusto no muy cercano a la imagen del portal donde yace el niño Jesús con su familia. Sus primeras apariciones se remontan hasta el siglo XVII, cuando comenzó a colocarse en algunos pesebres procedentes de zonas de Aragón y el Pirineo catalán.
Caganer con seis balones de oro
Aunque su origen pertenece a una época anterior donde ya se empezaba a representar en algunos motivos ornamentales propios del barroco, no se popularizó hasta bien entrado el siglo XIX. La imagen del caganer se corresponde, normalmente, con la de un campesino que posee una barretina, un gorro típico de la cultura catalana. Esta imagen de persona de clase baja ha sido sustituida en la actualidad por rostros más conocidos.
Y es que en los últimos años, ya es habitual ver la típica figura catalana con la cara de los personajes del momento. Uno de los más famosos que se recuerdan es el de Lionel Messi. El capitán del F.C Barcelona apareció representado en el año 2013 en la estatuilla del caganer, convirtiéndose en uno de los ejemplares más originales. Barack Obama, Angela Merkel o la mismísima Rosalía, que ha salido a la venta este año, han aparecido representados en esta tradicional imagen.
Además de los villancicos…
Al caganer se le unen otros elementos clásicos de la navidad catalana que, año tras año, se siguen manteniendo como incondicionales. Es el caso de Els Pastorets, otra de las tradiciones regionales con más arraigo en la recta final del año. Sus primeras referencias se ubican en el siglo XVI, con representaciones teatrales que tienen como protagonistas a José y María, entre otros iconos propios de la pascua.
La trama principal de las escenas gira en torno al tema de los ángeles y demonios como ejemplo del bien y del mal. La preocupación sobre los malos y los buenos actos se combina con una parte cómica que representan, en su mayor parte, los pastores. La tradición de Els Pastorets posee varias adaptaciones y se suele practicar en eventos de pequeña índole celebrados en teatros e iglesias.
Un tronco de regalos
La navidad suele ser una de las épocas preferidas por las niñas y los niños, ya que la inminente llegada de Papá Noel y los Reyes Magos es sinónimo de muchos regalos. Además de estas dos fechas tan señaladas, en Cataluña existe otra tradición donde los más pequeños disfrutan y obtienen diversos premios.
Esta cita es conocida como el caga tió y consiste en golpear un tronco con el fin de que caigan chucherías y caramelos. Para acompañar este momento se suelen cantar canciones populares que se dedican a la figura del tió.