Los cubiertos, presentes en las mesas de los hogares todos los días, gozan de una dilatada historia. En el Imperio Romano ya existía un utensilio denominado 'cochlea'. De este término deriva lo que hoy se conoce como cuchara aunque ese instrumento romano desarrollaba la función de tenedor también. De este último no se supo nada hasta el siglo XI cuando fue importado por Teodora desde Constantinopla, una de las ciudades más importantes de la época, hasta la localidad italiana de Venecia.
Aunque el tenedor de aquellos tiempos no poseía la misma forma que el de ahora. El utensilio de cocina ha ido experimentando una serie de cambios hasta llegar a la disposición de tres puntas, tal y como se conoce en la actualidad. A pesar de tanta evolución dentro del mundo de la cocina aún hay restaurantes donde parece que no se sepa nada acerca de los cubiertos. Barcelona cuenta con una serie de establecimientos que tienen por bandera este estilo reconocido como finger food.
Comer con las manos es cultura
Esta modalidad representa una de las normas básicas a la hora de comer en diferentes culturas del mundo. La cocina etíope es uno de los ejemplos más evidentes ya que gran parte de los alimentos que se injieren van acompañados de un pan especial típico de los países de alrededor. Algo similar ocurre con la cocina rápida turca, muy asentada en países como España. Aunque hay gente que decide comer kebab con un tenedor, este plato típico se consume directamente con las manos.
El finger food también se traslada hacia elaboraciones del continente europeo como la pizza. Al producto, de origen napolitano, le sucede en numerosas ocasiones lo que al kebab. Hay un determinado público que decide tomarlo con cuchillo y tenedor a pesar de que lo establecido es comérselo con las manos. Esta práctica también se aplica a platos básicos como puede ser un aperitivo o a los clásicos como el bocadillo o el sándwich.
Picante, picante
Barcelona cuenta con una gran oferta gastronómica donde se ubican diversos restaurantes idóneos para practicar el finger food. Adis Abbeba constituye una de las opciones más interesantes dentro de la modalidad. Ubicado en pleno corazón de Sants, este etíope ofrece un menú que sobrepasa ligeramente los 15 euros. El mismo se compone de 12 platos combinados que se van turnando entre carne y vegetal. En el caso del pollo y la ternera suelen ir acompañados de un picante especial.
Sin salir de la cocina etíope, Abissínia puede resultar una de las alternativas más sugestivas para el cliente. Situado en la calle Torrent de les Flors, este establecimiento se caracteriza por la gran abundancia de comida en sus platos. La decoración típica del país se encuentra plasmada tanto en las paredes como en las sillas y mesas del local etíope.
Presente también en Cataluña
Uno de los productos típicos en la Ciudad Condal es el bikini. A parte de ser un traje de baño también es la forma de denominar al sándwich mixto en Cataluña. La Bikineria se postula como uno de los lugares idóneos para degustar este clásico. Según la temporada el tipo de sándwich va variando. Se puede encontrar desde los más comunes, como el de jamón york y queso, hasta uno elaborado a partir de nutella y fresas con el fin de aportar el concepto dulce.
El Rotundo se sitúa como una de las variantes más interesantes de Barcelona para degustar el bikini. La principal diferencia con respecto al otro establecimiento es el pan. Y es que este restaurante, enclavado en la calle Parlament de Sant Antoni, realiza los bikinis con pan payés en vez de con pan de molde.
Sin salir de Asia
La práctica del finger food también se cuela en la gastronomía asiática. El restaurante Temaki-ya es una clara prueba de ello. La pequeña capacidad del local está pensada para un negocio de comida rápida, al más puro estilo Papizza. Los uramakis y los temakis representan dos de los platos más característicos de este japonés ubicado en el barrio Gótico.
Dentro de la amplia variedad de restaurantes de comida asiática en Barcelona se encuentra el Koku Kitchen Buns. Este establecimiento, orientado hacia la gastronomía china, basa su propuesta en el conocido bao, bollo típico del país.