Limitando con los Pirineos, la Vall d’Aran constituye uno de los enclaves más interesantes dentro del turismo rural en Cataluña. Su gran variedad de lagos, ríos, valles y montañas permite el desarrollo de ciertas actividades relacionadas con el senderismo y deportes extremos como la escalada. Dentro de este territorio conviven hasta tres lenguas que son habladas por los más de 9.000 habitantes con los que cuenta.
El aranés forma parte de una de las variedades gasconas del idioma occitano que sigue perviviendo en el interior de la comarca. Ésta se ha convertido en la única en Cataluña que posee una cuenca atlántica. Sus exclusivos parajes atraen a turistas los 365 días del año, aunque el otoño se convierte en especial por varias razones.
Un gran patrimonio natural
La zona cuenta con una variada oferta turística que va desde recorrer los principales pueblos de la comarca hasta visitar los bosques y montañas más característicos. Para el mes de octubre ya se pueden vislumbrar las primeras nevadas así como esas hojas en el suelo desprendidas por los árboles que dan lugar a ambientes evocadores.
Esos ambientes se pueden mezclar con la fauna de la zona en el Aran Park. Este espacio, abierto hasta noviembre, permite al visitante conocer las principales especies que habitan en la comarca pirenaica. Una de las principales es el ciervo, que para esta época suele encontrarse en la etapa de celo, por lo que es común ver algunos con el máximo tamaño de sus cuernos.
Ambiente más urbano y gastronómico
Hay un gran número de turistas que realizan viajes con el fin de contemplar obras únicas de la historia del arte. Cataluña es sinónimo de románico por lo que algunas localidades aranesas forman parte de la ruta románica.
Visitas a basílicas como Santa María de Arties o Sant Miquèu de Vielha que pueden ser combinadas con la degustación de la gastronomía local propia de la época otoñal. La olla aranesa constituye uno de los pilares fundamentales de la cocina de la comarca. El hormatge, un tipo de queso, y el civet forman parte de los productos que completan la oferta gastronómica.