Cataluña registra cada año un gran número de visitas de turistas. Su gran variedad de clima y entorno junto al patrimonio que conservan algunas de sus ciudades más emblemáticas atraen cada vez a más visitantes. Barcelona, capital de la comunidad, lidera una clasificación de los núcleos urbanos más visitados del territorio catalán. Las ciudades de esta lista recaudaron hasta un total de 56,8 millones de euros en un año.
Hasta un total de 15 municipios conforman dicha clasificación. Salvo L’Hospitalet de Llobregat y la propia Barcelona las demás pertenecen a la zona costera. Y es que la comunidad autónoma cuenta también con una gran afluencia de público que busca el turismo de sol y playa como principal plan del verano. Lloret de Mar o Salou forman parte de ese conjunto de ciudades que ofrecen este tipo de posibilidades.
Desequilibrio en el reparto
Si bien es cierto que Cataluña ha generado con el turismo más de 50 millones de euros, casi 30 de ellos han sido en la Ciudad Condal. Barcelona constituye el núcleo del turismo por excelencia dentro de la comunidad. El año pasado llegó a recibir un total de 8 millones de turistas. Las ciudades que les siguen inmediatamente son Lloret de Mar, Salou, Cambrils y Vila-Seca.
La localidad playera de Girona acogió 1 millón de turistas generando más de 3 millones de euros. Unos datos claramente inferiores con respecto a la capital catalana que remarcan la desigualdad económica y turística entre los municipios catalanes. El propio gobierno de la Generalitat cree que lo más justo es que quien más turismo genere es el que más tiene que recaudar.
El dilema del impuesto turístico
Hace más de 7 años que el gobierno de la Generalitat aprobó una ley que mostraba el impuesto turístico. En dicho impuesto se estipulaba que del total de lo generado un 70% marcharía para la Generalitat mientras que el 30% restante recaería sobre los ayuntamientos.
Esta ley estuvo vigente hasta que la ciudad que más turismo recaba, Barcelona, propuso igualar los porcentajes. Es decir, un 50% para el gobierno y otro 50% para las localidades. Tras esta sustancial modificación la Dirección General de Turismo ha visto reducidos sus beneficios.