La fecundación in vintro es una fórmula que tienen muchas parejas o madres solteras para tener un hijo de forma natural. De hecho, las mujeres y parejas que obtienen tres embriones normales en su tratamiento de fecundación in vintro presentan un 95% de posibilidades de embarazo.
Este dato surge del estudio dirigido por el doctor Paul Pirtea y que presenta en el marco del 75º Congreso de la Sociedad Americana para la Reproducción Asistida (ASRM) que se celebra en Filadelfia (Estados Unidos). Según ABC, la muestra del estudio ha estado formada por más de 4.500 pacientes de entre 31 a 39 años, analizadas entre 2012 y 2018, con hasta 3 transferencias únicas de embriones (SET, por sus siglas en inglés).
Gran avance
El director de IVI Madrid, el doctor Juan Antonio García Velasco, ha asegurado al mencionado medio que estos hallazgos evidencian que los embriones aneuploides o cromosómicamente anormales que presentan alteraciones cromosómicas son la causa principal del fallo recurrente de implantación y, por tanto, de los fracasos a la hora de lograr un embarazo a término.
El investigador explica que "las mejoras en las tasas de la fecundación in vitro gracias a pruebas preimplantatorias como el PGT-A permiten afinar al máximo la selección embrionaria, reduciendo las gestaciones múltiples y aumentando al mismo tiempo las posibilidades de implantación, embarazo a término y recién nacido vivo sano".
¿Alternativas?
La ASRM ha apuntado hacia el uso de test genético de preimplantaciones, como el PGT-A, con el objetivo de identificar con precisión a los embriones anormales con mínimas posibilidades de dar a luz en embarazo dentro de término. El trabajo ha sido dirigido por la académica de IVI en Nueva Jersey, la doctora Ashley Tiegs.
De las 50 biopsias que resultaron anormales, ninguno de los embriones condujo a embarazo evolutivo, ya fuera por fallo de implantación o aborto involuntario después de la transferencia. El doctor García Velasco ha indicado que a esto se le suma el hecho de que las tasas de implantación fueron equivalentes para embriones biopsiados y no biopsiados, lo cual indica que la biopsia embrionaria no daña a los embriones ni influye negativamente en las tasas de implantación.