Tras la despedida de una de las etapas estivales más calurosas desde que se tienen registros, llega el otoño. Los baños en la playa y el sol comienzan a dejar paso a esos paisajes caracterizados por las hojas de los árboles caídas en el suelo. Con la llegada de esta estación, numerosos pueblos o enclaves naturales se convierten en destinos ideales para disfrutar en primera persona del turismo rural.
La riqueza cultural que posee todo el territorio catalán propicia una variada oferta de lugares que visitar. Rincones escondidos en el corazón de la montaña, monumentos o hasta localidades cercanas a los grandes núcleos como Barcelona que cuentan con una propuesta cultural interesante para los visitantes. He aquí algunas de las zonas más sugerentes para esta época del año.
Un otoño románico
Cataluña cuenta con una gran variedad de movimientos artísticos en sus pueblos, ideales para conocer en otoño. Desde arte romano hasta el modernismo que capitaneó Antoni Gaudi, pasando por clásicos como el gótico y el románico. Estos dos últimos tienen una gran presencia a lo largo de toda la comunidad, entre muchas otras cosas por la ocupación árabe en el resto de la península ibérica. Todavía se encuentran pequeñas localidades que conservan obras arquitectónicas referentes a dichas épocas.
Besalú y Beget forman parte de ese grupo de municipios con un importante patrimonio heredado del románico catalán. La primera de ellas, ubicada cuenta con un variado conjunto artístico en el que destacan el puente románico, la basílica de Sant Vicenç o el puente de Sant Pere. En el caso de Beget, localidad de la Alta Garrotxa, se puede encontrar la iglesia románica de San Cristòfor. En su interior se conserva la Majestat, escultura característica del Medievo.
Con el mar cerca
Cadaqués, una pequeña localidad situada al oeste de Cataluña, se convierte en una de las opciones más interesantes a la hora de contemplar arte con el mar muy de cerca. Localidad natal de Salvador Dalí, sirvió como inspiración para el artista surrealista en muchas de sus obras.
El municipio pesquero se encuentra integrado dentro del Cap de Creus, un entorno único caracterizado por la Tramontana. Las rocas de este cabo poseen formas muy personales debido al clima propio de la zona y tras la salida de turistas veraniegos supone un lugar tranquilo donde dar la bienvenida al otoño.