El verano equivale para muchos a realizar actividades al aire libre. Sin borrascas que amenacen los planes hechos fuera de la protección de un sólido techo, los días estivales son los mejores para practicar determinados deportes, bañarse en playas, piscinas o ríos y programar un pícnic en plena naturaleza.
Eso sí, el calor también es un peligro para la seguridad de quienes lleven a la práctica alguno de esos planes, especialmente cuando hay comida de por medio. Las altas temperaturas y el tiempo que transcurre entre que se cocinan los alimentos y se consumen suponen un riesgo para la salud.
Consejos para comer al aire libre
La Agencia Catalana de la Seguridad Alimentaria recomienda seguir una serie de sencillos consejos que garantizan la seguridad en los picnics que se realicen este verano en zonas verdes y en la naturaleza. Unas de las mas importantes es mantener la cadena de frío, respetar las normas de higiene durante la preparación y la conservación de los alimentos.
¿Cómo organizar los alimentos para ser transportados hasta, por ejemplo, un parque? Lo primero que la organización recomienda en estos casos es llenar la nevera portátil en el momento justo antes de salir de casa y la comida que en ella se meta debe haber pasado la noche en el refrigerador convencional.
Bolsas y cubitos refrigerantes
Una vez que la nevera está llena, se deben utilizar bolsas refrigerantes o cubitos de hielo protegidos para que no gotee agua sobre los alimentos que necesiten del frío para su óptima conservación. Este tipo de bolsas solo sirven para mantener el frío. Una vez que se deshielan, el alimento deja de ser seguro.
Es igualmente recomendable separar los productos crudos de los productos cocidos o los que ya están listos para su consumo. ¿Cómo hacerlo? Empleando recipientes herméticos para los alimentos crudos, como carne o pescado, que irán al fondo de la nevera portátil para evitar que sus jugos contaminen el resto de la comida.
Lugar fresco
¿Cómo se transporta la comida de un pícnic de verano? La agencia catalana aconseja colocar la nevera en el lugar más fresco del vehículo en el que se vaya a transportar. Concluido el viaje, la nevera debe abandonar el vehículo para ocupar un lugar a la sombra allá donde se vaya a celebrar la comida y no se debe abrir salvo que sea necesario.
Y una vez de pícnic, ¿qué agua se debe consumir? La agencia pública es muy rotunda en este sentido: solo se ha de consumir agua potable. Y la manera más segura de beber agua apta para su consumo es llevarla de casa.
Importancia de la higiene
Es un consejo estándar, opuesto que las comidas al aire libre que se hacen en verano suelen ser en entornos naturales y no siempre existe una fuente de agua potable. El agua también es necesaria para la higiene de las manos de la persona que vaya a manipular los alimentos. A falta de agua, las toallitas húmedas son la mejor opción.
¿Cómo se prepara la comida fría de un pícnic de verano? Las ensaladas a base de vegetales crudos, pasta, quesos, embutidos y similares, se deben preparar en el momento de ser consumidas, puesto que mezclar ingredientes crudos y cocidos con antelación favorece la contaminación, según los expertos.
El huevo bien cuajado
Las tortillas de patatas, plato estrella en las comidas veraniegas al aire libre, deben estar cocinadas con el huevo bien cuajado y con el tiempo suficiente para que se enfríen. Las salsas que lleven hueco mejor no incluirlas en el menú.
Aunque las salsas comerciales hayan recibido un tratamiento de esterilización, una vez que el envase se ha abierto deben ser consumidas en un espacio breve de tiempo porque de no ser así la contaminación alimenticia no queda descartada.
Postres frescos
Cualquier vegetal y pieza de fruta debe ser lavado con esmero. La mejor opción es hacerlo en casa, antes de guardarlos en la nevera portátil. A quien se le olvide lavar y secar la fruta deberá pelarla antes de comérsela.
Es el momento de los postres. Como el resto de la comida debe permanecer en frío hasta antes de ser consumida, especialmente aquellos postres que se hayan elaborado a partir de lácteos o huevos, como las natas, las cremas o el tiramisú.