La España vacía acapara la atención de políticos, medios de comunicación y de la sociedad en general en los últimos meses. Esta denominación engloba aquellas zonas del país que viven un grado de despoblación acusado, es decir, los pueblos españoles que se están quedando sin habitantes. “Aunque muchos hablan de ella, pocos saben que se trata de lugares con una historia fascinante y que se pueden descubrir a golpe de pedaleo”, comentan desde Rumbo, cuyos expertos han querido combinar la afición por las dos ruedas con los viajes a las zonas desconocidas del país.
“Montar en bicicleta es algo más que un deporte. Es una forma de emprender hazañas, descubrir lugares y, por supuesto, pasarlo en grande”, indican. “Si hay algo que permite la bici es llegar a sitios donde no puede llegar cualquiera y adentrarse en zonas que realmente enigmáticas”. Para muestra, esta ruta que han elaborado y que cuenta con paradas en las sierras de Andalucía, el Camí de Cavalls o el Montseny.
El macizo del Montseny
El Montseny es uno de los lugares más buscados por los fans de las bicicletas. Se trata de un macizo situado en Barcelona con un terreno muy particular que hace que su travesía constituya todo un reto para los amantes de las dos ruedas.
Parque Natural del Montseny / TONI RODRIGO - FLICKR
Cuenta con muchas rutas habilitadas donde hay pueblos muy peculiares. Uno de ellos es Tavertet y se encuentra en un peñasco que convierte su acceso en toda una aventura. Pero vale la pena porque este pequeño pueblo de apenas un centenar de habitantes presume de unas vistas envidiables al Parque Natural del Montseny y los pantanos de Sau. “Como para no ir y alucinar”, avisan.
Los lugares menos conocidos del Camino de Santiago
Peregrinos (y no tan peregrinos) de todo el planeta han soñado alguna vez con hacer el Camino de Santiago. Y a muchos se les ha pasado por la cabeza hacerlo en bicicleta. Una de las rutas más interesantes es la que recorre aquellas pequeñas aldeas y pueblos que conservan el encanto más tradicional de la terra de meigas.
O Cebreiro es un buen ejemplo de ello, ya que se hizo mundialmente famoso hace muy poco cuando salió a la venta una de sus aldeas. Dicen que solo una persona vive allí. La localidad cuenta con algunas edificaciones de estilo celta y se encuentra en la Reserva Natural del Caurel, con una biodiversidad impresionante.
La Andalucía vacía
Las sierras de Andalucía crean un mosaico de diversidad en naturaleza, tradiciones, arquitectura… También guardan muchas zonas que alguna vez fueron pueblos con vida rural y tradiciones. Granada es una de las provincias con más pueblos recónditos, pero eso no quiere decir que carezcan de interés. Llegar a muchos de ellos no es tarea fácil, por eso se recomienda esta ruta a los más expertos y meticulosos.
En la Cordillera Penibética, Cañada del Gitano es una de esas aldeas mejor conservadas de la Sierra de Baza. La arquitectura de sus pequeñas construcciones se puede apreciar muy bien, pese a que están inhabitadas. Don Martín es otro ejemplo. Antes era una aldea minera con dos núcleos de población definidos; hoy ofrece una tranquilidad absoluta en medio de un paraje con vegetación muy frondosa.
La vida escondida en el Valle del Tiétar
La del Valle del Tiétar es una de las rutas que sólo se recomienda a los verdaderos gurús del pedaleo. “Es difícil y eso lo hace aún más fascinante”, apuntan desde Rumbo, que destacan los pequeños pueblos escondidos en las montañas de Ávila, “con arquitecturas y tradiciones que pueden variar sorprendentemente”.
Villarejo del Valle es uno de esos lugares que capturan la atención de quienes se atreven con la travesía. Tiene poco más de trescientos habitantes que conviven en tradicionales casas con pequeños balcones. Su entorno es realmente privilegiado porque se encuentra en la zona de protección del Parque Regional de la Sierra de Gredos, repleto de lagos, riberas, pastizales y pinares.
Rincones playeros recónditos de Menorca
Si algo caracteriza a Menorca es que se trata de una isla que conversa su naturaleza casi intacta. Y eso incluye a sus pueblos. El Camí de Cavalls es de sobra conocido porque permite descubrir la isla a través de veinte etapas con playas, roquedos, acantilados y hasta edificaciones que alguna vez tuvieron un uso.
Una de ellas es el Faro de Punta Nati y sus pequeñas edificaciones con vistas al mar azul. O la torre fortificada de Alcafar, que servía para proteger la isla de los piratas. "Todos ellos de muy fácil acceso en bici”, especifican.