La vistosidad y altura de los rascacielos puede convertirse en arma de doble filo. La majestuosidad de estos edificios pueden suponer un punto colorido que adorna la silueta de las ciudades. No obstante, una construcción demasiado enrevesada puede general el efecto contrario.
Mientras que nadie duda de la elegante presencia de algunos de estos edificios, otros en cambio quedan descolgados. En una recopilación hecha por ABC se recogen algunas de las obras que peor paradas han resultado en España. La mayoría de ellas, nacidas a raíz del boom inmobiliario y el auge del turismo.
Rascacielos Intempo
Con forma de una gran eme dorada, la construcción --sin finalizar-- de Pérez Guerras Arquitectos es un paradigma del boom de Benidorm, que se mezcla con el auge del turismo y las muestras de ostentación. Sus 198 metros lo hacen el rascacielos residencial más alto de España.
El rascacielos Intempo / WIKIPEDIA
Hotel Hesperia Tower
La construcción de Luis Alonso y Sergi Balaguer en Hospitalet de Llobregat resulta extraña a primera vista. La forma de L y la burbuja acristalada del restaurante pueden resultar impactantes para quien se acerca por primera vez.
Cúpula del hotel Hesperia Tower de L'Hospitalet de Llobregat / CG
Gran Hotel Bali
Su forma piramidal presenta un aspecto raro sobre el skyline de Benidorm. El edificio, de 186 metros, construido por Antonio Escario, alberga uno de los hoteles más seguros para el huésped, con avanzados sistemas informáticos destinados a la protección.
El Gran Hotel Bali con su forma piramidal / GHB
Torre Lugano
También en Benidorn, el arquitecto Adolfo Rodríguez presentaba un rascacielos de 158 metros que ha sido definido por The Wall Street Journal como un “edificio zombi”. Se trata de una obra derivada del boom inmobiliario que alberga más de 200 viviendas.
Imagen de la Torre Lúgano / WIKIPEDIA