Investigadores del Rochester Institute of Technology (EEUU) han desarrollado un asiento de inodoro capaz de detectar la insuficiencia cardiaca congestiva, que se produce cuando se comienzan a acumular fluidos en pulmones, hígado, piernas o brazos porque el corazón no está bombeando bien la sangre.

Estos asientos, que serán presentados por la compañía Heart Health Intelligence para su aprobación ante la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), podrían ser comprados por hospitales y remitidos a los pacientes con insuficiencia cardíaca después de ser dados de alta.

Control de la insuficiencia cardiaca

Estos dispositivos están equipados para medir la actividad eléctrica y mecánica del corazón y pueden controlar la frecuencia cardíaca, la presión arterial, los niveles de oxigenación de la sangre, el peso y el volumen del derrame cerebral del paciente, que es la cantidad de sangre que se bombea fuera del corazón con cada latido.

Los algoritmos analizan los datos, y con un mayor desarrollo, alertarán a los médicos de una condición de deterioro de la insuficiencia cardiaca. Se entregará un informe a los cardiólogos, quienes determinarán si es necesaria cualquier tipo de intervención terapéutica.

Ahorro hospitalario

El director ejecutivo de la empresa que comercializará estos asientos, Nicholas Conn, explica que si se utiliza el promedio nacional para tasas de readmisión, el coste de readmitir a 150 pacientes es de aproximadamente es de 442.000 euros anuales.

En cambio, dar a 150 pacientes sus propios asientos de inodoro costaría unos 177.000 euros. Con esa inversión, los sistemas hospitalarios ahorrarían más del doble de su inversión inicial en un año.