Los milagros existen, o eso es lo que debe pensar el paciente de un hospital de Londres. Su caso supone un gran avance científico en la lucha contra el VIH y el SIDA, puesto que parece ser que ha eliminado el virus de su cuerpo tras un trasplante de médula ósea. De hecho, esta persona lleva un año sin tomar ninguna medicación antirretroviral para afrontar la afección que padece.
Los científicos hablan de una remisión a largo plazo y definen lo ocurrido como cura. No obstante, recuerdan que esto solo se ha dado en dos casos en una década. En ambos pacientes se había producido a un trasplante de médula ósea. Los investigadores han publicado un artículo en la revista Nature y presentarán los detalles en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas.
El paciente de Berlín
Este caso es similar al de Timothy Brown, conocido como el paciente de Berlín. El paciente fue la primera persona que fue declarada como curada de VIH en 2008. Tras un tratamiento con quimioterapia logró remitir la enfermedad, pero la leucemia reapareció y se hizo el trasplante de células madre. El trasplante se hizo con un donante con la mutación CCR5 Delta 32 en las células CD4, que hace que las células sanguíneas sean inmunes al virus porque la infestación de las sanas.
Hasta ahora se considera la única persona que se ha curado de la enfermedad, aunque ha habido otros intentos que al final resultaron fallidos. No obstante, este acontecimiento abre la puerta a futuros tratamientos que puedan pasar de la cronificación a la eliminación del virus.
Un virus oculto
El VIH se oculta en las células que infecta y evita que el sistema inmunitario lo elimine. El tratamiento antirretroviral es muy efectivo en la contención del virus, y en gran cantidad de casos la carga vírica del paciencia llega a ser indetectable, lo que significa que no pueden transmitir la enfermedad a otras personas.
La Organización Mundial de la Salud marca como objetivo el llamado 90-90-90 para el año 2020: 90% de casos diagnosticados, 90% de pacientes tratados y 90% de pacientes con carga viral indetectable. El principal problema en España que puede dificultar la consecución de este objetivo pasa porque el 46% de los diagnósticos de la enfermedad son tardíos. Además, nuestro país todavía no dispone de la profilaxis preexposición (PReP), el medicamento antirretroviral que el contagio de la enfermedad.