Los viajeros que busquen alojamientos originales disponen de una oportunidad única para reservar plaza en "la casa más pequeña del mundo anunciada en Airbnb". Está ubicada en el pequeño pueblo de Knuffingen, en el corazón de Miniatur Wunderland (Hamburgo) y su apertura para el alquiler temporal es una iniciativa solidaria que ha puesto en marcha la plataforma con la ayuda de la exposición de miniaturas.
Todos los beneficios obtenidos con las reservas se destinarán a una iniciativa benéfica de logística social llamada Hanseatic Help, que ayuda a los refugiados que llegan a la ciudad-estado y les ceden bienes básicos, comida y refugio. Sin embargo, no todo el mundo puede hospedarse en esta pequeña casa.
Huéspedes en miniatura
Lo que más llama la atención de esta estancia son sus curiosas normas. La principal es que únicamente la pueden reservar "huéspedes pequeños" que midan dos centímetros de altura o menos. Tampoco se permite llevar equipaje de gran tamaño, hay que quitarse los zapatos antes de entrar ("especialmente los tacones altos") y se recomienda mantener una pequeña charla con el anfitrión. Las mascotas en miniatura están permitidas ("del tamaño de un céntimo como máximo") y se pueden organizar pequeñas fiestas y reuniones siempre que los asistentes puedan atravesar su puerta, de tres centímetros de altura.
Sala de estar de la diminuta casa / AIRBNB - MINIATUR WUNDERLAND
Este bonito alojamiento de dos plantas es la maqueta a escala de una clásica casa familiar alemana de ladrillo rojo, reducida al tamaño de una fiambrera. Ofrece todo lo que un pequeño huésped podría necesitar: desde una lujosa cama del tamaño de un sello postal hasta una festiva sala de estar, en la que no faltan una chimenea ni un imponente árbol de Navidad de cuatro centímetros de altura. "Definitivamente, menos es más en esta estancia: relájate en el cómodo sofá de tamaño miniatura, móntate en el caballo balancín del tamaño de un clip o acomódate como un pequeño insecto junto a la chimenea de cuarenta milímetros de ancho. Y, por supuesto, no podían faltar los calcetines de Navidad sobre la chimenea: apenas visibles para el ojo humano, miden aproximadamente lo mismo que una punta de lápiz estándar", explican sus creadores.
Una ciudad de 120 m2
Los responsables de la casa informan de que los pequeños visitantes serán recibidos como "ciudadanos honorarios". Su viaje empezará en el mundialmente conocido aeropuerto de Knuffingen, una obra maestra técnica cuya construcción costó casi seis años y cuatro millones de euros. "Para los admiradores de los trenes, existe la posibilidad de llegar en el tren de Navidad, detenerse en la pequeña estación de la ciudad y admirar el impresionante sistema de ferrocarril, formado por la friolera de 15.400 metros de vías y certificado por el Libro Guinness de los Récords”, apuntan.
Además, los huéspedes podrán disfrutar durante su estancia de un recorrido por Knuffingen, incluyendo una parada en el emblemático castillo Löwenstein, un bonito edificio de inspiración barroca ubicado en una colina sobre la ciudad cubierta de nieve.