Un comportamiento habitual en los perros es que acaben debajo de la cama de sus dueños en determinado tipo de situaciones. No es algo casual, ya que este animal suele buscar refugio en lugares estrechos y oscuros, como puede ser debajo de la cama, en momentos en los que se sienten amenazados o tienen miedo por algo.
En el portal The Nest avisan de que esta reacción es algo normal, y señalan las posibles causas que pueden producirla. Los sonidos extraños y estruendosos son una de ellas, de ahí que cuando en el exterior haya una fuerte tormenta o un espectáculo de juegos artificiales los perros, sin importar su raza o tamaño, lo pasen tan mal. “Los ruidos los asustan, por lo que rápidamente acudan a esos lugares que ellos consideran seguros y que normalmente son pequeños y con poca luz”.
¿Cómo quitar el miedo a las mascotas?
Una buena forma de hacerles olvidar el miedo a los ruidos fuertes, según explican desde el departamento de Medicina veterinaria de la Universidad de California, Estados Unidos, es reproducir sonidos que imiten truenos y petardos a poco volumen e ir aumentándolo poco a poco a medida que el animal no se asuste, a la vez que se refuerza su buen comportamiento con elogios y premios. “Manteniendo pequeñas sesiones de entrenamiento de unos cinco minutos dos y tres veces al día puede ayudar a que el perro no reaccione negativamente a los estruendos”, señalan.
Otra razón que explica por qué el peludo amigo se dirige irremediablemente a su refugio debajo de la cama puede ser a abusos sufridos en el pasado. Si el dueño anterior le golpeaba con un periódico, puede que se asuste cuando vea a alguien con uno en la mano. "Enseñarle a tu cachorro que lo que antes le lastimaba ahora no lo hará es la mejor manera de prevenir su reacción. Así que una buena opción para acostumbrarlo es enseñarle un periódico y darle una golosina si no se asusta", recomiendan desde el portal.
Lo que nunca hay que hacer
Finalmente los expertos desvelan que, en caso de que el perro acabe debajo de la cama siempre que se sienta amenazado, lo que no deberían hacer sus dueños es consolarlos mientras están en su refugio. "Al acariciarlo o decirle que todo está bien, básicamente le estás transmitiendo que su respuesta es perfectamente normal. Sin embargo, gritarle o disciplinarlo en ese momento es todavía peor, ya que le ocasionará más miedos".