Los libros trasladan al lector a mundos de fantasía, pero también hay historias situadas en lugares más cercanos que todo el mundo conoce. Porque ambientar una obra en un escenario familiar ayuda a que el público la viva más intensamente. Y, al mismo tiempo, es un motor para el turismo, ya que son muchos los viajeros que recorren el mundo motivados por conocer de cerca los espacios por los que han pasado sus personajes favoritos.
Cataluña ha sido utilizada por muchos escritores para emplazar las aventuras de sus libros. Aprovechando esta situación, la Agencia Catalana de Turismo ha preparado una ruta literaria por toda la comunidad que lleva a los interesados a visitar localizaciones como Barcelona, el Pallars, l'Empordà, Vic y Olot
La visita de El Quijote a la Ciudad Condal
Ya en el siglo XVII, Miguel de Cervantes ambientó parte de su Don Quijote de la Mancha en Barcelona. El caballero entró en la ciudad por el portal de la muralla que daba a la playa (en la plaza Pla de Palau) y recorrió el Barrio Gótico y la Ribera. Otro que también utilizó al Ciudad Condal para sus libros fue Eduardo Mendoza. Sin ir más lejos, el Parque de la Ciudadela, urbanizado en la Exposición Universal de 1888, sirve de escenario para La ciudad de los prodigios.
'El Quijote en Barcelona' / AUGUSTO FERRER-DALMAU
Por las calles del antiguo Barrio Chino (actualmente conocido como el Raval) y la Rambla paseó el detective Pepe Carvalho, uno de los personajes más populares de las novelas de Manuel Vázquez Montalbán. Y también sirvieron para ambientar la obra de Maruja Torres, así como de las memorias de Terenci Moix.
Del Raval al Park Güell
En el Raval está la calle Tallers, en la que vivió el autor chileno Roberto Bolaño, que localizó su novela Los detectives salvajes en este barrio. Enrique Vila-Matas traslada al lector hasta el barrio de Gràcia (el paseo Sant Joan y la plaza Rovira) en El mal de Montano, y Mercè Rodoreda en La plaça del Diamant.
Por su parte, Juan Marsé, autor de Últimas tardes con Teresa, ha inmortalizado muchos lugares de la Ciudad Condal, que van desde la plaza Joanic a la ronda del Guinardó, pasando por Sant Gervasi, el gaudiniano Park Güell o el Carmel.
Aventuras literarias más allá de Barcelona
Aparte de Barcelona, otros lugares de Cataluña aparecen en los libros de numerosos autores. Gracias a escritores como Jaume Cabré y Maria Barbal, el Pallars, el espectacular Vall d'Àssua y el Batlliu se han convertido en paisajes de novela. Cabré ha ambientado Les veus del Pamano en los pueblos de montaña de Sorre, Caregue y Pujalt; mientras que Barbal ha situado Pedra de tartera en la diminuta localidad de Altron.
Josep Pla / FUNDACIÓN JOSEP PLA
En la costa de Girona, los amantes del mar pueden disfrutar de un paseo literario por los pueblecitos que inspiraron a Josep Pla: Palafrugell (donde nació), Llofriu y Calella de Palafrugell, capital de las habaneras. Cerca, en L'Escala y en Torroella de Montgrí se hallan los escenarios de la obra cumbre de Víctor Català, Solitud.
Vic y Olot, el broche de oro a la ruta literaria
En el interior de la comunidad, Vic es una las ciudades literarias catalanas por antonomasia. Y lo es gracias a Miquel Llor, que publicó Laura a la ciutat dels sants en 1931.
Y para acabar esta ruta por Cataluña para los amantes de los libros, nada mejor que visitar Olot, localidad situada en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrocha y junto a la espectacular Fageda d'en Jordà. Aquí nació Marian Vayreda, autor entre otras de obras como La punyalada y Sang nova.