Lunes, martes, miércoles, jueves y viernes trabajando para descansar el sábado y el domingo. Así es la jornada laboral más común que existe actualmente. Pero, ¿qué pasaría si el fin de semana tuviera un día más? ¿Si el periodo de descanso abarcara del viernes al domingo? Según la universidad de Oxford, que los trabajadores serían más felices y más productivos.
Es la conclusión a la que han llegado los profesores de la Saïd Business School de la citada universidad británica después de realizar un seguimiento durante seis meses a 5.000 trabajadores de call centers de la empresa británica BT con el objetivo de estudiar su estado laboral y su capacidad proactiva.
Trabajar de lunes a jueves
Los investigadores dividieron al personal en dos grupos: uno tenía una jornada laboral de lunes a viernes, mientras que el otro trabajaba de lunes a jueves. Tras los seis meses de estudio, los trabajadores que disponían de un fin de semana de tres días se mostraron más felices que el resto.
Además, se demostró también que los empleados de este segundo grupo habían fomentado mejores ambientes de trabajo, más distendidos y más productivos, ya que hicieron más llamadas, consiguieron más ventas y se ausentaron en menos ocasiones de sus puestos. Y no sólo eso, sino que los clientes señalaron que también aumentó la calidad de las llamadas y que percibieron “un mayor positivismo” por parte de las personas que estaban al otro lado del teléfono.
Mayor felicidad, mayor productividad
“Diría que la semana laboral de cuatro días es acertada en términos de encontrar el equilibrio correcto entre el trabajo y la vida personal y liberar el potencial de felicidad en términos de ganancias de productividad. Esto supera la reducción neta en la productividad de trabajar un día menos”, señaló Jan-Emmanuel De Neve, uno de los responsables de la investigación. “Cuando eres más positivo acerca de tu trabajo y tu vida mientras estás trabajando, te vuelves capaz de ser más productivo”.