El aceite de palma forma parte de muchos de los alimentos que encontramos en los estantes del supermercado. No obstante, en los últimos tiempos se ha ido adquiriendo más sensibilidad respecto a los efectos negativos que tiene sobre la salud.
En 2014 la Unión Europea obligó a la industria alimentaria a especificar su verdadero distintivo para evitar que camuflaran su verdadero nombre con eufemismos como "aceite de origen vegetal".
200 denominaciones
El Confidencial ha elaborado una lista con los nombres que estas empresas han usado para intentar que el consumidor no se dé cuenta: Aceite de palmiste, grasa vegetal fraccionada, estearina de palma, palmoleina, elaeis guineensis, ascorbil palmitato, kernelato de palma de sodio o palmitoil oligopéptido son algunas de las 200 denominaciones del aceite de palma en el mercado.
Una de las fórmulas para darse cuenta de si una de estas denominaciones contiene aceite de oliva es ver en el etiquetado una sustancia sospechosa que contenga las letras PALM, el riesgo de que sea aceite de palma encubierto aumenta considerablemente. "Son cientos de combinaciones las que actualmente están en circulación, pero todas significan lo mismo", añade el digital.
Nombre en latín
Sodium palmitate es el disfraz perfecto para no usar el nombre verdadero "aceite de palma". Se trata de su traducción en latín. También se puede encontrar como elaeis guineensis si hace alusión a la planta de la que proviene.
También se recurre a nombres científicos como es el caso de la grasa vegetal, la glicerina, el estearato de aluminio, el emulgente E472e, el ácido beta apocarotenoico, el aditivo E570 o simplemente un equivalente de la mantequilla de coco o la manteca de cacao.