Un joven de Birmingham, Estados Unidos, tuvo que caminar 32 kilómetros para llegar puntual su primer día de trabajo. Su coche se averió el jueves en el momento menos indicado. A pocas horas de empezar su nuevo empleo, el viernes. La única solución que tenía era llegar a su destino caminando. Lo hizo de noche, entre los suburbios de la localidad. En total recorrió una distancia de 32 kilómetros, entre Omewood y Pelham, para llegar a tiempo a su primer día de trabajo. En el camino, Carr se encontró con un agente de policía que, impresionado por su historia, lo invitó a desayunar.
De camino el policía le dio el alto y, al contarle la historia, quedó sorprendido. El joven llegó una hora y media antes de lo previsto a la empresa y se puso a trabajar sin esperar al resto de sus compañeros. Mientras ayudaba con la cocina a la propietaria de la empresa, Carr le contó a la mujer detalles sobre su infancia en Nueva Orleans, Louisiana, y sobre cómo su familia se había mudado a Houston, Texas, después de que el huracán Katrina destruyó su casa en 2005.
Una historia de superación
Tras conocer la historia, la propietaria del domicilio contactó con Luke Marklin, el director ejecutivo de la compañía de mudanzas Bellhops, que condujo desde Tennessee el fin de semana para conocer a su nuevo empleado.
Después de charlar mientras tomaban una taza de café, Marklin le entregó a Carr las llaves de su propio Ford Escape 2014. Su historia se ha hecho viral y gracias a una campaña de crowdfunding ha recaudado más de 8.000 dólares, para que pueda graduarse en Ciencias de la Salud --su aspiración-- en la universidad.