Un grupo de científicos ha descubierto un subconjunto de orcas depredadoras que a través de sus sonidos alertan a las ballenas y delfines cercanos de su ubicación. Asimismo, también han encontrado sonidos menos amenazantes que no provocan que los cetáceos tomen medidas evasivas, según ha publicado el 'Journal of Experimental Biology'.
Algunas especies, incluidas las aves y los mamíferos, son capaces de analizar el riesgo que corren en su entorno según los sonidos que emiten su depredadores. El profesor Matthew Bowers, de la Universidad de Duke, trasladó este conocimiento en animales terrestres a animales acuáticos.
Varios investigadores decidieron explorar estos sonidos en el medio acuático y estudiar el comportamiento de estos seres. A 40 millas de la costa de Carolina del Norte, Estados Unidos, monotizaron a manadas de ballenas, a pequeños grupos de delfines y a orcas. A las posibles víctimas, ballenas piloto y delfines, les colocaron un registrador de sonido para poder comprobar que sonidos escuchan estos animales.
Estampida acuática
Bowers explica desde una embarcación más lejana presenció las reacciones de los animales. A la mayoría de los sonidos muchos de ellos continuaban con su ruta, pero todo cambio con cuatro llamadas específicas de orcas. "Fue una locura ver a un grupo de animales responder tan fuertemente a algo que estás haciendo", y tildó el movimiento de los delfines de "estampida".
Mientras las ballenas piloto optaban por no huir, si no agruparse de forma muy escueta, los delfines optaban por agruparse e huir hacia la dirección opuesta del sonido a una velocidad de 10km/h. Con este estudio, los científicos confirman que hay un lenguaje subacuático todavía por descubrir y sugieren que "estas llamadas transmiten información sobre el comportamiento o la intención de los depredadores", algo que podría advertir a las posibles víctimas de la presencia del asesino.