Un hombre aficionado a la recogida de setas ha hallado en un bosque de Minnesota, Estados Unidos, un ejemplar de ciervo con dos cabezas. El extraño animal yacía en el suelo, con signos de haber fallecido poco tiempo antes, y es el primer caso conocido de gestación que llega a término. Según asegura Gino D'Angelo, investigador de la Universidad de Georgia (UGA) y responsable de estudiar este caso, los únicos otros ejemplares de cervatillos bicéfalos hasta ahora conocidos habían sido encontrados aún en el útero de la madre, pero nunca antes habían conseguido terminar de gestarse.
Después de realizar una resonancia magnética, los científicos del Laboratorio de Diagnóstico Veterinario de la Universidad de Minnesota han determinado que cada gemelo tenía su cuello y su cabeza completamente separados, pero que compartían el mismo cuerpo. El estudio también ha reflejado que tenían la piel, cabezas y piernas perfectamente normales y que incluso presentaban en sus cuellos patrones de manchas casi perfectas.
Un hallazgo que los científicos califican de "sorprendente"
Gino D'Angelo y el resto de su equipo de investigadores afirman que es un caso "sorprendente y extremadamente raro" que aporta a la ciencia una posibilidad de estudio única en una deformidad de fauna tan poco común. Además, apunta el profesor D’Angelo, “de las decenas de millones de cervatillos que nacen anualmente en EE.UU., probablemente haya anormalidades que ocurren en la naturaleza que ni siquiera conocemos”, lo que hace que este caso se vuelva todavía más excepcional.
El investigador y el resto del equipo de la Universidad de Georgia han señalado también que estos cervatillos nunca habrían sido viables debido a su anatomía, de hecho nacieron ya muertos, con el hígado malformado y dos corazones con un único saco pericárdico.
Su unión es un misterio
El nacimiento de dos gemelos unidos es más común en animales domésticos, principalmente en ganado vacuno y ovejas, pero son mucho menos comunes en la vida silvestre en la que solo se han podido localizar 19 casos.
El motivo de la unión, sin embargo, sigue siendo un misterio, incluso en los humanos, pero según cree el equipo de investigadores el motivo podría ser una división antinatural de las células durante el desarrollo embrionario temprano.