En cualquier fiesta o evento de excepción, los globos son un elemento decorativo indispensable. Sobre todo, si al final de la velada el plan es soltarlos al aire y observar como se alejan. Un momento muy divertido y espectacular que puede tener consecuencias devastadoras para el medio ambiente.
¿Sabías que un globo de poliuretano tarda hasta 450 años en desintegrarse por completo? Una cifra que alcanza cotas inimaginables si calculamos la cantidad de piezas que han volado sin rumbo a lo largo de los años.
Los globos y su influencia en el ecosistema
Tras días y kilómetros a la deriva, los globos de helio terminan su viaje en el hábitat natural de alguna especie autóctona. En tierra, mar o aire. Lo habitual es que estos animales acudan curiosos a su encuentro, confundiéndolo con comida o con un ejemplar desconocido. El resto es historia.
Pez globo en el mar / CREATIVE COMMONS
Los globos pueden bloquear su sistema digestivo o enredarse en sus extremidades, impidiendo que se muevan o se alimenten con normalidad. Y provocan finalmente la muerte la criatura. Sin embargo, la cosa no acaba ahí. Se calcula que la mayoría de globos explotan rompiéndose en varios pedazos, aumentando así la amenaza. Un riesgo que no solo incluye el plástico con el que están hechos los globos, sino también las cuerdas que se utilizan para sujetarlos.
La mejor solución
Tales son los efectos de la liberación masiva de globos que algunas regiones de Estados Unidos, Australia y Reino Unido han prohibido dicha actividad. Para acabar con este problema de raíz, numerosas organizaciones medioambientales proponen una serie de medidas que disminuyen el riesgo y protegen la naturaleza.
Globos de colores desinflados / CREATIVE COMMONS
En primer lugar, aconsejan recurrir únicamente a globos de látex, un material que se extrae del árbol del caucho y que, por tanto, es biodegradable. Además, es importante que los globos siempre acaben en el basurero y no en el aire. En el caso de los globos metálicos, una buena opción es adquirir un modelo resellable, es decir, que pueda desinflarse para utilizarse en otra ocasión. De esta forma, se reduce considerablemente el uso de globos de poliuretano, asegurando así la calidad de vida del medio ambiente.