Un obrero ha protagonizado un vídeo viral que demuestra la estupidez humana en su máxima expresión. Los compañeros de este joven que trabajan en una obra le retaron para dispararle con una pistola de clavos en el pene.
Contrario a todo pronóstico, el joven acepta el reto. Es entonces cuando se baja la cremallera, apoya su miembro en la madera, y un compañero le dispara con la pistola a través del prepucio. La reacción es inverosímil ya que parece ser que no le ha dolido mucho. Después de unos segundos con el pene clavado en la madera, el compañero le quita el clavo con facilidad.
El individuo celebra su logro e incluso mete la uña en el agujero para demostrar que es real. Insólito.