Cedric Vaivre es un hombre de 41 años propietario de una panadería en una localidad a 190 kilómetros de París, Francia. Vaivre trabaja con mucho esfuerzo para sacar su negocio adelante, y tras dedicarle muchas horas a eleborar el mejor pan, recientemente ha sido multado con 3.000 euros por la Administración francesa por trabajar horas de más.
Al parecer Vaivre mantuvo su negocio abierto los siete días de la semana durante el verano de 2017, algo que en la legislación francesa es ilegal ya que la ley determina que los trabajadores deben descansar al menos un día a la semana.
Él asumió la responsabilidad
Vaivre es el propietario de la panadería, por lo que él asegura que no obligó a ninguno de sus trabajadores a trabajar los domingos, sino que el asumió ese cargo. Todo ello para cumplir con un objetivo: poder satisfacer la constante demanda de pan, bollos y cruasanes de los visitantes.
El alcalde de la localidad, Christian Banle, ha asegurado: "Este tipo de leyes están matando a nuestros negocios". Tienes que mostrar algo de sentido común si eres una pequeña comunidad rural en un área donde no hay mucha competencia" y ha concluido: "Necesitamos permitir que las personas trabajen cuando necesitan este servicio".
Este tipo de leyes protegen al trabajador, pero en este caso se podría haber cometido un delito contra el derecho de la persona a trabajar. Está claro que Vaivre no contó con la ayuda de ninguno de sus empleados, por lo que más de 500 personas ya han firmado una petición para que se le retire la sanción.