Constantin Reliu es un hombre de 63 años de Rumanía que oficialmente ha fallecido. Aun así, Reliu anda por su barrio de la ciudad de Vaslui con la energía de un hombre feliz. Para la administración rumano, Reliu está muerto desde 1999.
El protagonista de esta historia se mudó por trabajo a Turquía en 1992. En 1999 visitó a su mujer por última vez y perdieron el contacto, Por ello, la mujer dedució que habóia fallecido y en 2013 presentó una solicitud para recibir el certificado de defunción, petición que fue aprobada en 2016.
El regreso
Reliu regresó a su país en enero de 2018 después de ser deportado a Rumanía por las autoridades turcas al expirar sus documentos de identidad. Fue entonces cuando se enteró de su propia muerte. Según la ley rumana, Reliu aún puede solicitar la anulación del certificado de defunción, pero tiene que hacerlo en el mismo tribunal donde se emitió la decisión de 2016.
Él mismo explica que no tiene recursos económicos para contratar abogados y continuar la batalla en los tribunales y asegura: "Oficialmente, estoy muerto, aunque estoy vivo. No tengo ingresos, y no puedo hacer nada, porque me consideran muerto". Además, el juez encargado del caso ha alegado que presentó el recurso muy tarde, por lo que no piensa cambiarlo.