Una mujer de Ravenna, Estados Unidos, se llevó una desagradable sorpresa mientras comía una bolsa de frutos secos en el coche de su madre. La mujer ingirió un puñado de anacardos y mientras masticaba notó que uno de ellos estaba más duro. Fue entonces cuando escuìó el anacardo en su mano y descubrió que no era lo que ella pensaba. 

Dentro de la bolsa había un diente humano ensangrentado que no era suyo. "Me enfadé mucho, estaba llorando, me levanté dos o tres veces", ha explicado la afectada. Madre e hija se desviaron de su camino y se dirijieron a un hospital donde les confirmaron que se trataba de un diente humano con sangre seca. 

Los médicos la sometieron a pruebas por haber estado expuesto a restos de sangre ajena y otros fluidos corporales que podrían haberle contagiado alguna enfermedad. Además, la afectada se puso en contacto con la compañía que envasó los frutos secos, Kraft Foods, quienes recogieron la pieza dental para realizar las pertinentes pruebas.